Resurge el barrio rojo de Lugo, donde ya trabajan casi 50 mujeres

xosé carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La actual crisis lleva a que muchas se prostituyan por apenas 10 euros

09 may 2012 . Actualizado a las 12:01 h.

Lugo vive desde hace unas semanas una polémica porque la prostitución ha vuelto con fuerza el que fue uno de los barrios rojos más populares de Galicia, el de A Tinería. Los empresarios de la rehabilitada zona no quieren en el barrio ningún tipo de mercadeo sexual y así se lo expusieron al alcalde. Orozco ya anunció que enviará a la Policía Local para controlar la zona e incluso dijo que iría personalmente al lugar. En el otro lado de la controversia están las trabajadoras sexuales, que aseguran que no se van a marchar. Quieren diálogo y medidas de apoyo como, dicen, les dan en otras ciudades españolas.

«¿Que el señor alcalde quiere venir al barrio? Que venga y avise, que le esperaremos de punta en blanco», dijo una de las mujeres de A Tinería, que pidió no ser identificada. Varios industriales que abrieron negocios después de un espectacular lavado de cara están cansados de pedir que se erradique la prostitución. El Concello parece dispuesto a tomar cartas en el asunto y a poner más vigilancia, especialmente los martes y los viernes. Son los días en los que, al parecer, hay más afluencia en el barrio porque son los días de mercado en Lugo. Ayer, algunos clientes echaban humo. «A culpa tédela vos por andar publicando esto. Así non se pode vir», dijeron a los periodistas dos paisanos que superan los cincuenta.

La renovación urbanística del barrio hizo desaparecer, prácticamente de un plumazo, bares como O Galo de Ouro, O Xeitoxiño, La Tacita o la Pulpería Ramos, que fue bar en sus orígenes, pero acabó como local de alterne, con catalítica y postales de santos en las paredes. Solo queda uno, el Asturias, y, curiosamente, las mujeres que actúan por libre en la calle no lo quieren.

Ahora mismo trabajan en el barrio entre 45 y 50 mujeres, según los cálculos de ellas mismas. Unas pocas ejercen en el bar ya citado, pero la mayoría lo hacen en pisos de la zona. Advierten que ya se pueden poner como quieran el alcalde y los empresarios de la zona, porque «de aquí no nos vamos».

Las mujeres quieren que las instituciones conozcan su situación y les ofrezcan las mismas oportunidades que a otros colectivos. El barrio esconde una tremenda realidad: más de la mitad de las mujeres que se están prostituyendo superan los 50 años, aunque una de ellas advirtió que «ninguna va a reconocer su edad real». Hay varias con 60 años que dicen no tener recursos o que cobran pensiones bajísimas. A mayores, la crisis también las azota. Hay algunas que cobran 10 euros por servicio. «Ninguna lo reconocerá, y hablará de 50 euros, pero no es así», dijo una de ellas.

La actual crisis lleva a que muchas se prostituyan por apenas diez euros