Temor en Ferrol por las obras del bulevar de As Pías: «A ver qué será de nosotros aquí»

FERROL

El túnel de la calle Nova de Caranza continuaba este viernes abierto, tras la anulación del corte previsto.
El túnel de la calle Nova de Caranza continuaba este viernes abierto, tras la anulación del corte previsto. JOSE PARDO

Comerciantes y vecinos de Ultramar muestran su preocupación ante la proximidad del cierre del túnel de la calle Nova de Caranza y reclaman una alternativa de paso

02 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El cierre del túnel de la calle Nova de Caranza tarde o temprano llegará. Lo saben quienes ven avanzar frente a las puertas de sus casas y negocios el macroproyecto que convertirá la avenida de As Pías en un bulevar. A la espera de que se dirima el conflicto institucional por el anuncio frustrado del corte de ese punto neurálgico, y de que se le ponga nueva fecha, son muchos los que se temen lo peor: que finalmente se ejecute el cierre sin alternativa para los coches ni para los peatones. En el barrio hay «desinformación y enfado», resume la asociación de vecinos. Y eso se palpa a pie de calle.

Juana María Rodríguez García trabajando en su tienda de telas El Hilván.
Juana María Rodríguez García trabajando en su tienda de telas El Hilván. R.P.P.

Tras una de sus máquinas de coser consume la mañana Juana María Rodríguez García. La tienda de telas El Hilván es un pequeño comercio a escasa distancia del que próximamente se convertirán en la nueva zona cero de las obras del bulevar. «Imagínate cuando cierren el puente: una persona que me tenga que traer aquí ropa, si tiene que dar esa vuelta ya no viene», dice aludiendo al rodeo por Porta Nova que planteaba como alternativa el Ministerio de Transportes. «Aquí esto queda anulado», resume, en una calle «de mucho tráfico y mucho movimiento de gente a pie», por el trasiego laboral y escolar que se genera. Ella vive en Caranza y el recorrido hasta su tienda es de «dos minutos». Por el corte que se aplicó el pasado otoño ya sabe lo que se le avecina: «Tengo que dar la vuelta por todo el polígono». E información, ninguna, asegura: «Ni ahora, ni antes, ni nunca». Cuenta que se enteró por internet del anuncio de corte, que después se canceló. Cuando se aplique «a ver qué será de nosotros aquí», señala preocupada.

Eva Andújar en el centro de estética Deva, que abrió hace menos de un año muy cerca del túnel de la calle Nova de Caranza.
Eva Andújar en el centro de estética Deva, que abrió hace menos de un año muy cerca del túnel de la calle Nova de Caranza. R.P.P.

Más cerca aún del lugar donde se acometerá el derribo se encuentra el centro de estética Deva. En la esquina entre Nova de Caranza y Sánchez Calviño abrió sus puertas hace menos de un año. Y Eva Andújar, su propietaria, teme ahora los efectos del corte. «Cuando cerraron el puente en su día ya nos afectó, porque es una calle muy de paso», apunta. No obstante, es consciente de «es una obra que tiene que avanzar y va a llegar un momento en el que corten. Yo lo que espero es que ofrezcan una alternativa, porque a todos los negocios nos afecta muchísimo». Ya lo hace, incide, actualmente por la merma de estacionamientos que ya ha supuesto la obra en el entorno. «Ya es una zona complicada, y mucho más sin encima nos cortan», añade.

Ir a dar un rodeo hasta Porta Nova, como sugiere el ministerio, no lo ve una alternativa factible. «No lo es. Vivo en A Gándara, mis hijos van al colegio en Caranza, e imagínate el trastorno que supone. Cuando cerraron la otra vez me pasaba el día dando vueltas al polígono de A Gándara, y tenía que salir tres cuartos de hora antes para llegar. Necesitamos una alternativa», insiste.

Daniel Yáñez y Yessica Torrente en la calle Sánchez Calviño, donde residen, y sufren los inconvenientes de la cercana obra del bulevar de As Pías.
Daniel Yáñez y Yessica Torrente en la calle Sánchez Calviño, donde residen, y sufren los inconvenientes de la cercana obra del bulevar de As Pías. R.P.P.

«El corte de ese puente te hace dar unas vueltas criminales», reconocen Daniel Yáñez y Yessica Torrente. Él acostumbra a pasar a pie por allí para visitar a su madre en Esteiro, «sí que va a haber que dar una buena vuelta, habrá que ver». Pero a estos vecinos de la calle Sánchez Calviño que tienen su garaje en plena zona de obras, en ocasiones inaccesible, lo que más les preocupa es otra cuestión. «Si tengo que estar un mes dando una vuelta de un kilómetro más porque hay obras, me conformo. La pega es la lentitud de las obras, que se eternizan. Ahora le están dando un poco de caña», pero «el problema es cuando no hay nadie trabajando. Va muy lento todo».

El duelo institucional por el bulevar se recrudece

El Ministerio de Transportes suspendió temporalmente el corte de la calle Nova de Caranza a la espera de una reunión con el Ayuntamiento

Rocío Pita Parada

Continúa el duelo entre administraciones a cuenta del bulevar de As Pías. Después de que el Ministerio de Transportes anunciase este jueves que al día siguiente cerraría la calle Nova de Caranza para iniciar la demolición del paso superior, cortando el tráfico rodado y también el de peatones, y de que el Concello frustrase esas intenciones con un decreto que desautorizaba ese corte por no haberse habilitado los desvíos alternativos, el Gobierno decidió paralizar temporalmente su aplicación. Según trasladan fuentes oficiales, lo hace a la espera de una próxima reunión con el Ayuntamiento para abordar la continuidad de las obras de humanización «en las mejores condiciones para su ejecución y minimizando las afectaciones que su desarrollo pueda causar a los ciudadanos de la zona». Y con una advertencia a la administración local: «De acuerdo con lo previsto legalmente, el Ayuntamiento no es competente para paralizar una actuación desarrollada por el ministerio en una vía de titularidad estatal».

Efectivamente la avenida de As Pías (FE-14) es competencia del Estado, que es el que promueve las obras que transformarán esa carretera en un bulevar urbano de entrada a Ferrol. Pero no así la calle Nova de Caranza que discurre bajo ella, que es de titularidad municipal, extremo al que se acogió el alcalde, José Manuel Rey Varela, al firmar el decreto que impidió el corte de esa vía urbana, advirtiendo de que carecía de autorización y de los informes previos necesarios para hacerlo. Y que contraatacaba este viernes: «Tengo muy claras cuáles son las competencias del alcalde y mi responsabilidad: defender los intereses de Ferrol y de los ferrolanos». Y el regidor añadió que no había recibido todavía comunicación alguna sobre esa futura reunión.

Así las cosas, las espadas institucionales siguen en lo alto. El departamento que dirige Óscar Puente asegura que «nuestro objetivo es resolver lo antes posible las diferencias con el Ayuntamiento para que -desliza- esto no provoque un trastorno en la ejecución de la obra y en el plazo de finalización». Esta segunda advertencia no es gratuita: el Gobierno defiende que el objetivo de conclusión de la obra del bulevar continúa siendo finales de este año. Sin embargo, cargos del propio ministerio reconocían en su visita a la obra el pasado mes de octubre que el porcentaje de ejecución de los trabajos estaban en torno al 20 %, tras las críticas vecinales, y también municipales, a la paralización que en la práctica sufrió la obra, con meses sin apenas movimientos ni operarios sobre el terreno. 

Las obras en el tramo 2 comenzaron oficialmente en junio del 2022. Y meses después arrancaban en el 1, el que ahora ha generado el choque entre administraciones. La humanización de As Pías, cuyo coste se eleva por encima de los nueve millones de euros, se financia con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que sufragan los fondos del programa Next Generation de la Unión Europea. Y de ahí la importancia de cumplir los plazos, para no incurrir en riesgo de perder esa financiación.

El Ministerio de Transportes traslada que considera «esencial» la colaboración del Ayuntamiento para «facilitar la movilidad en la ciudad, que va a verse afectada por la ejecución de esta actuación», y que será el «único objeto», asegura, de la reunión anunciada, que carece por el momento de fecha.

Este viernes, poco antes de las diez de la mañana, la hora anunciada por el ministerio para el corte previsto -que anuló a última hora del jueves el anuncio que hacía al mediodía- un coche patrulla de la Policía Local se encontraba en las inmediaciones del túnel de la calle Nova de Caranza para comprobar que la circulación fluía con normalidad.