Rajoy ve en la crisis en Venezuela una amenaza para la seguridad de España

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Rajoy, el martes en Madrid
Rajoy, el martes en Madrid BENITO ORDOÑEZ

El Consejo de Seguridad Nacional analizará hoy la situación en el país sudamericano. Es la primera vez que se reúne este órgano desde que el Gobierno está en funciones

27 may 2016 . Actualizado a las 16:13 h.

Venezuela se ha convertido de forma sorprendente en el tema central de confrontación en la política española. Así está siendo desde que Albert Rivera viajó a Caracas para mostrar su apoyo a los opositores al Gobierno de Nicolás Maduro y, de paso, apuntar contra Podemos por la cercanía de los que hoy son sus principales dirigentes al régimen chavista. El país sudamericano va a seguir presente en la agenda nacional, ya que Mariano Rajoy, en plena contienda electoral, ha decidido incluir la grave situación que padece Venezuela entre las potenciales amenazas para la seguridad de España. Hoy presidirá el Consejo Nacional de Seguridad, que analizará, entre otros asuntos, la repercusión de la crisis venezolana, tras la instauración del estado de excepción por Maduro, en los 200.000 españoles que viven allí y en los intereses de las empresas que operan en aquel mercado. Entre ellas, algunas de primer nivel como Telefónica, Repsol, Iberia, Duro Felguera, el BBVA y Mapfre.

El PP ha liderado durante muchos meses el apoyo a la causa de la oposición venezolana y la exigencia a Maduro de liberar a los presos políticos. Asimismo, ha utilizado la estrecha colaboración de los dirigentes de Podemos con el chavismo para atacar a ese partido. Tras su visita a la capital venezolana, Rivera ha logrado ganar por la mano a los populares y acaparar el protagonismo en este asunto.

Venezuela sufre una grave crisis política, económica y social que se traduce en escasez de alimentos y medicinas, enfrentamiento civil e inseguridad ciudadana. La oposición, que controla la Asamblea Nacional tras ganar las elecciones, quiere convocar un referendo revocatorio para expulsar a Maduro del poder, pero este se niega a consentir este mecanismo legal que introdujo su antecesor, Hugo Chávez.

Hace una semana, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ordenó el regreso a Caracas del embajador español, Antonio Pérez-Hernández, que había retirado el pasado 8 de abril en protesta por los «intolerables insultos» que le dedicó el presidente venezolano a Rajoy, al que calificó de «racista, basura corrupta y basura colonialista». Lo justificó diciendo que los 200.000 españoles que viven allí necesitan protección ante una situación «absolutamente imposible», con una inflación del 700 % y un desabastecimiento del 82 % de los productos básicos.

En la reunión del Consejo de Seguridad Nacional, previa al Consejo de Ministros, se abordará también la lucha contra la inmigración ilegal y el problema de los refugiados y, en concreto, su acogida por parte de España, y la amenaza del Estado Islámico.

Reacción de Maduro

Es la primera vez que Venezuela entra en la agenda del Consejo de Seguridad. Y en respuesta, Maduro invitó ayer a Rajoy a debatir en Caracas la situación en España. Reiteró que hay una «campaña mediática» contra Venezuela para «generar una crisis». «Rajoy está detrás», dijo. «Si no ¿cómo se explica que este humilde servidor venezolano esté todos los días en los medios españoles?», añadió. «Deja la envidia. No seas ridículo. Encárgate de los problemas de España, que de los de Venezuela ya nos encargamos los venezolanos», afirmó desafiante. «¡En España hace falta un Maduro!» aseveró.

Sánchez acusa a Iglesias de importar el «retroceso de libertades» del régimen chavista

Pedro Sánchez también introdujo ayer a Venezuela en el debate electoral para cargar contra Podemos. El secretario general del PSOE afirmó que no cree que en España pueda darse una situación como la que hay en ese país, pero sí llamó a «permanecer alerta» porque la formación morada quiere importar de ese país «retrocesos en derechos y libertades». Para justificar su acusación, recordó que Pablo Iglesias propuso una «policía propia para su vicepresidencia» y «jueces y fiscales afines al Gobierno del cambio». También rechazó su propuesta de referendos revocatorios, que instauró Hugo Chávez, pero que no es «acorde con el ordenamiento constitucional español».

Con todo, expresó su convicción de que España no puede terminar como Venezuela, porque los españoles son «muy conscientes» de lo que ha costado conquistar «libertades y derechos que no pueden ponerse en riesgo». Sánchez afirmó que él no habría ido en este momento a Venezuela, aunque respeta que lo haya hecho Albert Rivera. En cambio, sí cree que hay que debatir, en España y «de manera honesta», si «al final Podemos lo que está defendiendo es que haya presos políticos».

El líder socialista tiene claro que si se habla tanto del régimen de Nicolás Maduro es porque Iglesias y otros dirigentes de Podemos asesoraron al Gobierno venezolano, y por eso cree que el debate es procedente. Para Sánchez, tanto el fallecido Hugo Chávez como Nicolás Maduro y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, son «juguetes rotos» para Iglesias, que los mencionaba mucho en el pasado, pero ya no lo hace.