Podemos ya admite «discrepancias tácticas» entre Pablo Iglesias y Errejón

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

FERNANDO VILLAR | EFE

El secretario general asume todo el poder tras destituir de forma fulminante a Pascual

17 mar 2016 . Actualizado a las 14:41 h.

No era un invento del PSOE ni de los medios de comunicación ni de las élites ni del Ibex 35. Así lo argumentaron los dirigentes de Podemos cuando estalló la crisis en Madrid, que se concretó con diez dimisiones. Las diferencias entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón existen. Carolina Bescansa, cofundadora del partido y miembro de la cúpula, lo admitió ayer después de que el líder máximo destituyera de forma fulminante al secretario de organización, Sergio Pascual, hombre de confianza de Errejón, al igual que los que dimitieron en Madrid en protesta por la gestión del líder en la comunidad, Luis Alegre, mano derecha de Iglesias, que ayer descartó dimitir.

El secretario general asume todo el poder en perjuicio de su número dos, lo que se traduce en una pérdida de peso político del ala más moderada y posibilista de Podemos. En la carta que envió a la militancia antes de destituir a Pascual, Iglesias señalaba que «no hay ni deberá haber corrientes ni facciones que compitan por el control de los aparatos y los recursos». Lo que traducido quiere decir que la única familia que admite es la suya y la de sus colaboradores más próximos.

Bescansa reconoció la existencia de divergencias que hasta ahora Podemos había negado tajantemente, aunque resaltó la buena relación personal que mantienen Iglesias y Errejón. «Una de las ventajas de algunas de las personas que formamos parte de este proyecto es que nos conocemos desde hace muchos años y somos muy amigos. Mas allá de diferencias y discrepancias sobre cuestiones tácticas, que las hay, como es normal y necesario en cualquier organización que aspira a ser democrática, nos queremos entre nosotros», señaló.

Gestión deficiente

Iglesias destituyó al número tres de Podemos con una durísima nota en la que criticaba su «gestión deficiente cuyas consecuencias han dañado gravemente a Podemos en un momento tan delicado como es el proceso de negociaciones para conformar un Gobierno del cambio». Dos de sus más estrechos colaboradores, Irene Montero y Rafael Mayoral, defendieron su drástica decisión. La portavoz adjunta en el Congreso la justificó por la gestión «deficiente» e «inadecuada» de Pascual de las crisis territoriales y la pérdida de confianza en él del secretario general. «No podemos convertir los órganos en un campo de batalla», destacó la también jefa de gabinete de Iglesias. Montero abrió la puerta a nuevas destituciones al señalar que el proceso de reorganización continuará «hasta que los problemas organizativos estén resueltos». Y descartó que haya diferencias sobre la forma de encarar las negociaciones con los socialistas.

Mayoral aseguró que «había necesidad de realizar cambios en el ámbito de la política organizativa», ya que Pascual fue incapaz de contener las «vías de agua» en varias comunidades. «Somos una organización que se ha construido en muy poco tiempo, muy rápido y eso ha generado diferentes roces y problemas. Lo que se plantea es reorientar el trabajo organizativo», aseguró.

Pero las diferencias en Podemos quedaron de nuevo de manifiesto en el tuit que escribió tras la caída de Pascual el errejonista Emilio Delgado, cuya dimisión como secretario de organización abrió la crisis en Madrid. Le expresó todo su «apoyo y gratitud por un trabajo descomunal», al tiempo que decía sentirse muy triste por haber pagado «por la irresponsabilidad de otros». Otros dirigentes y cargos públicos de Podemos mostraron también públicamente su respaldo a Pascual. Errejón prefirió guardar silencio.