Piden 20 años para una joven acusada de matar a su bebé tras el parto en Alicante

Efe

ESPAÑA

Según la fiscalía, la joven había decidido ocultar su embarazo apor «las dramáticas circunstancias» en las que se hallaba, «al carecer tanto ella como su pareja de ingresos económicos suficientes»

18 ene 2013 . Actualizado a las 20:39 h.

El fiscal solicita 20 años de cárcel para una joven a la que acusa de haber matado a su bebé recién nacido tras el parto, ocurrido en 2009 en la vivienda de Dénia (Alicante) donde residía con su pareja y una hija menor de ambos.

El juicio por esta causa será con jurado y se celebrará a partir del próximo lunes en la Audiencia de Alicante.

Los hechos se produjeron el 12 de abril de 2009, cuando la acusada, que tenía entonces 22 años, se encontraba embarazada y en un avanzado estado de gestación, indica el escrito de las conclusiones provisionales del ministerio público.

Según la fiscalía, la joven había decidido ocultar su embarazo a su compañero sentimental, así como a sus familiares y amigos, por «las dramáticas circunstancias» en las que se hallaba, «al carecer tanto ella como su pareja de ingresos económicos suficientes para mantenerse con holgura y no desear éste un nuevo hijo en la familia».

Relata que, a una hora indeterminada de la noche de ese día, comenzó a ponerse de parto en el piso de alquiler que ocupaban en Dénia, donde también estaban en ese momento su pareja y la hija de ambos, que tenía entonces dos años y medio.

El ministerio publico señala que la joven disimuló su malestar ingiriendo fuertes analgésicos y refugiándose en el cuarto de baño de la vivienda, mientras le manifestaba con insistencia a su pareja que no se preocupara y que se fuera a dormir porque se trataba de dolores menstruales.

Más tarde dio a luz un bebé en esa estancia de la casa, totalmente sola.

Inmediatamente después del alumbramiento, relata el fiscal, la acusada decidió deshacerse del recién nacido, quitándole la vida y ocultando su cuerpo.

Concreta que primero golpeó la cabeza del bebé contra una superficie para causarle un traumatismo craneoencefálico y luego, al creer que había muerto, introdujo su cuerpo «aún con vida» y el resto de vestigios de su alumbramiento en varias bolsas de plástico que cogió de la cocina.

A continuación cerró las bolsas y las preparó para meterlas en un contenedor, lo que provocó la asfixia del recién nacido.

Sin embargo, no pudo deshacerse de esas bolsas porque le sobrevino una hemorragia vaginal que la obligó a acostarse en la cama junto a su pareja.

Más tarde, y alertado por el sangrado de la joven, su compañero la llevó de urgencia a un hospital, no sin antes tirar las bolsas de basura, cuyo contenido desconocía, que la acusada había dejado preparadas.

En el centro hospitalario, los facultativos que atendieron a la chica descubrieron su gestación y alumbramiento, por lo que ésta les confesó finalmente los hechos y dónde se encontraba el cuerpo sin vida del bebé.