La tierra de nadie tiene dos amos marroquíes

E. C. MADRID/LA VOZ.

ESPAÑA

18 ago 2010 . Actualizado a las 00:24 h.

El control absoluto por parte de los activistas marroquíes de la llamada tierra de nadie en el paso fronterizo de Beni-Enzar es un elemento fundamental para entender la crisis que ha vuelto a crispar las relaciones entre Madrid y Rabat. Se trata de una zona yerma de 40 metros de ancho y 280 de longitud que en teoría debería ser un territorio neutral y sin dueño, respetado por los dos países.

Sin embargo, los militantes de la coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos, que preside Monaim Chaouki, y de la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos, que lidera Said Chamtri, se han adueñado de ella. Desde allí hostigan a los policías españoles, que han llegado a ser agredidos, según denuncian el Sindicato Unificado de Policía y la Asociación Unificada de la Guardia Civil, que acusan a la policía marroquí de mirar hacia otro lado ante lo que consideran flagrantes provocaciones. Chaouki y Chamtri también organizan el bloqueo de mercancías y la campaña de reivindicación de Melilla y Ceuta, con el beneplácito de Rabat.

Beni-Enzar es el paso fronterizo más conflictivo de los cuatro que hay en Melilla, por los cuales cada día pasan 40.000 personas y 5.000 vehículos, que forman interminables colas y provocan incidentes. Rabat, por su parte, ha denunciado en cinco notas emitidas en menos de un mes el comportamiento «racista» de la policía contra ciudadanos marroquíes en la frontera de «Melilla ocupada». La tensión ha llegado al punto de que el Rey medió ante Mohamed VI y el ministro del Interior viajará a Rabat el próximo lunes.

El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha acusado a Marruecos de «usurpar» esa tierra de nadie y dice que ha ido «cogiendo poco a poco» los 500 metros que, según los tratados internacionales y los convenios firmados por ambos países, establecen esa separación. Actualmente la distancia es de algo más de la mitad de lo estipulado. Según Imbroda, al no respetarse la tierra de nadie «la presión es muchísimo mayor, porque solo una verja o una barrera delimita la soberanía de España».