Volkswagen y dos de sus contratas entierran el hacha de guerra y reanudan la producción del Golf y Passat

P. B. BERLÍN / E. LA VOZ

ECONOMÍA

FABIAN BIMMER | Reuters

El acuerdo llega después de que Car Trim y Es Automobil Guss se comprometieran a seguir proporcionando los componentes para los motores y los elementos para revestir los asientos que le negaban a la automovilística hace días

24 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El acuerdo alcanzado por Volkswagen y dos de sus proveedores, tras más de 20 horas de negociaciones a puerta cerrada, deja «solo perdedores», como bien definía ayer la prensa alemana. Se pone fin así un contencioso inédito en el sector automovilístico europeo y que estuvo a punto de comprometer la llegada al mercado de dos de los modelos más emblemáticos del grupo.

Según informó el propio consorcio, se reanudará «paulatinamente» la producción de sus modelos Golf y Passat, que iban a experimentar un frenazo hasta finales de agosto, además de suprimir los planes de reducir la jornada laboral a los casi 28.000 trabajadores de seis centrales del país, incluida la sede central de Wolfsburgo. Un parón prolongado podría haber comprometido además a proveedores en otros puntos (entre ellos los gallegos).

El acuerdo llegó después de que Car Trim y Es Automobil Guss, empresas del grupo bosnio Prevent, se comprometieran a seguir proporcionando los componentes para los motores y los elementos para revestir los asientos que le negaban desde hace días a Volkswagen, al que acusaban de haber rescindido varios contratos sin motivo ni aviso previo, como consecuencia de la crisis que le ha generado el escándalo de manipulación de emisiones. Con un comunicado de apenas cuatro líneas enterraba el hacha de guerra. Todo apunta a que Volkswagen podría haber renunciado a la indemnización que exigía a sus suministradores por las pérdidas que le ha causado el freno en el aprovisionamiento de piezas, mientras que Car Trim y Es Automobil habrían hecho lo propio con 58 millones de euros que le pedían al consorcio por la rescisión de contratos. «Una lucha de poder que no tiene ganador», analizaba Der Spiegel.

Una cosa está clara: este contencioso podría servir de precedente para otros proveedores automovilísticos. Especialmente en el caso de Volkswagen, que para algunos componentes depende exclusivamente de una empresa abastecedora. Algo que inquieta al primer ministro de Baja Sajonia, quien presionó para que ambas partes solucionaran cuanto antes el litigio por el impacto laboral que tendría. Ese Estado federado es, con el 20 % de activos, el segundo mayor accionista del grupo Volkswagen.

Entretanto, la Justicia de Düsseldorf falló ayer a favor de un concesionario que se negaba a devolver el importe de un Audi A4 diésel a su propietario, que después de comprarlo tuvo que llevarlo al taller, para retirar el software fraudulento del motor.