Nueva Pescanova lanzará en agosto la ampliación de capital para diluir a los antiguos socios

M. Sío Dopeso / R. Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Anuncia a los trabajadores la necesidad de asumir sacrificios

13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Popular, Sabadell, Abanca, Bankia, Caixabank, BBVA y UBI, los bancos propietarios del 62 % de Nueva Pescanova, han puesto fecha a la ampliación de capital con la que pretenden hacer desaparecer al 20 % de la antigua sociedad aún presente en el accionariado. Será el 1 de agosto y no antes como hubieran querido.

El motivo es que adelantar la operación supondría recurrir a la vía judicial e impugnar los estatutos de Nueva Pescanova, que lo imposibilitan. Pero la compañía que administra y pronto presidirá Jacobo González-Robatto ha descartado esa ruta, convencida de que la vieja Pescanova no tendrá opciones de ganar peso en el capital captando nuevos inversores, porque están dispuestos a poner sobre la mesa el dinero que haga falta.

Hasta el 1 de agosto, Nueva Pescanova tiene las manos atadas, y ese es un motivo más del enfrentamiento que existe entre los bancos dueños de la sociedad y los antiguos accionistas que intentan prolongar la vida de Pescanova.

Socios enfrentados

Y es que un día antes de que la vieja sociedad semidiluida cediera en noviembre el control a los bancos, el consejo saliente presentó ante notario una modificación de los estatutos de la nueva sociedad que impide llevar a cabo cualquier cambio en la estructura del actual reparto accionarial antes del 31 de julio, siempre y cuando exista el apoyo del 81 % de los dueños de la empresa.

El objetivo de esta maniobra es intentar ganar tiempo, para que la vieja Pescanova consiga que la Comisión Nacional del Mercado de Valores levante la suspensión de su cotización y así poder hacer sus propias ampliaciones de capital, con intención de controlar la nueva sociedad.

Los antiguos socios ya han solicitado a la CNMV la vuelta a cotización y el regulador les ha pedido que aporten datos fiables para poder valorar sus activos. Concretamente, auditorías limpias de Pescanova S. A. y Nueva Pescanova S. L., así como el plan de negocio de esta última.

La sociedad ya ha iniciado los contactos con posibles inversores, pero el tiempo corre en su contra, ya que la auditoría de Nueva Pescanova requerida por la CNMV no tiene fecha de entrega hasta el 30 de junio. Esto quiere decir que la vieja Pescanova tendrá menos de un mes para evitar su extinción.

La ampliación de capital que preparan los bancos consiste en el canje de deuda por acciones de la sociedad. Aunque la deuda concursal ronda los 350 millones, los dueños de Nueva Pescanova hablan de una suma que podría llegar a los 1.000 millones.

Mensaje a la plantilla

Entre tanto, la compañía saneada y reestructurada echa a andar con un nuevo equipo de dirección. El consejero delegado, Ignacio González, que se incorporó al cargo el pasado día 1, se dirigió el viernes a los 11.000 trabajadores de la compañía en un vídeo en el que agradece el comportamiento de la plantilla durante los tres años de crisis de la compañía (no dejaron de trabajar ni un solo día), pero advierte de medidas de ajuste dentro del grupo. «Es indudable que tendremos que asumir sacrificios para conseguir esa mayor eficiencia, productividad y rentabilidad», afirma González.

En una escueta presentación por escrito enviada a los medios de comunicación, el consejero delegado exalta su compromiso con Galicia. «Me siento muy honrado de poder contribuir a la economía gallega desde este puesto tan relevante», declara.

Su filosofía de trabajo la resume afirmando: «Pretendo establecer un alto nivel de colaboración, tanto con las instituciones gallegas, como con el tejido empresarial de nuestra comunidad».