Galicia acumula tres años seguidos sin sumar nueva potencia eólica

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

monica ferreiros

El fin de las primas ha congelado las inversiones y la apertura de parques

27 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector eólico gallego se ha quedado estancado en los 3.362 megavatios de potencia instalada. Son los mismos desde el 2013, según consta en los balances anuales sucesivos publicados por Red Eléctrica de España (REE). Desde entonces no se ha levantado un solo parque nuevo (hay 161), con la salvedad del Cordal de Montouto, una instalación de Gas Natural Fenosa inaugurada en marzo de este año, pero en funcionamiento desde finales del 2014, que cuenta con seis aerogeneradores que suman unos pírricos catorce megavatios. Pero hasta este parque es diferente a los demás, pues es el primero (de España y de Galicia) que funciona bajo el nuevo régimen retributivo para las renovables decretado por Soria; es decir, sin prima.

La reforma energética perpetrada por el ministro de Industria en funciones, José Manuel Soria, ha desinflado las expectativas de un sector otrora floreciente, que se topó en el camino con un tajo radical a los incentivos para la instalación de energías renovables. De hecho, los parques construidos con anterioridad al 2004, o sea, el 70 % de los gallegos, fueron despojados por decreto de esas primas, y los ejecutados con posterioridad a esa fecha reciben una retribución anual que, según el Gobierno, garantiza una «rentabilidad razonable», fijada en un 7 %.

Pero, para el sector, esas medidas lo único que han conseguido es paralizar el desarrollo de instalaciones nuevas y poner en peligro a las ya existentes, porque los ingresos ya no son suficientes para amortizar las fuertes inversiones que fueron precisas. De hecho, según la Asociación Eólica Gallega, existen instalaciones que están en pérdidas y otras muchas que han tenido que refinanciar su deuda con los bancos.

Dos concursos

Además, el sector eólico gallego ha tenido que lidiar en los últimos años no solo con el fin de las primas, sino también con la paralización de nuevos proyectos que implicaron la convocatoria de dos concursos distintos por parte de la Administración autonómica. El último, del 2010, está en vigor y el Consello de la Xunta ha autorizado ya la construcción de 15 parques que suman 374 megavatios. Sin embargo, de momento ninguno de ellos está en ejecución. Y parece que no lo estará hasta que los inversores perciban una estabilidad en el negocio renovable.

Dudas del Supremo

La reforma energética -acometida por el Gobierno para acabar con la sangría del déficit del sistema eléctrico- ha sido recurrida en los tribunales. El Supremo ha recibido unos 400 recursos contra los cambios normativos, además de las demandas internacionales interpuestas por grandes grupos inversores en renovables. Hace unos días, el Tribunal Supremo acordó enviar al Constitucional la reforma porque alberga dudas sobre la legalidad de aplicar los recortes con carácter retroactivo, entre otros aspectos.

El sector ha acogido casi con euforia esa decisión, pues se siente respaldado en sus objeciones a las medidas, que, además, generaron una inseguridad jurídica al cambiar las reglas de juego a los inversores en mitad del partido.