El exbanquero abandonó ayer la prisión, menos de 24 horas después de su ingreso
18 may 2013 . Actualizado a las 14:51 h.El juez Elpidio José Silva, que el jueves firmó la primera orden de prisión contra un banquero español en 20 años, lo tiene muy claro. La compra del City National Bank de Florida (CNBF), operación que ocasionó un roto de 500 millones a Caja Madrid y que ha acabado con los huesos de su expresidente Miguel Blesa en prisión, fue una aberración. En el auto de prisión, el magistrado no da crédito a que los directivos de la entidad se embarcaran en una aventura de tal calibre en pleno «tsunami» económico. Es más, está convencido de que la «tormenta perfecta» en la que se vio inmersa Caja Madrid no tuvo nada que ver «con las condiciones climatológicas», sino con el «proceder directo» de Blesa.
En su declaración, el exbanquero -que solo contestó a las preguntas de su defensa, negándose a responder a las formuladas por la acusación y por el propio instructor- defendió el sobreprecio pagado por el CNBF. Aseguró que si Caja Madrid desembolsó más dinero del que habían abonado algunos de sus competidores (Popular y Sabadell) por entidades similares fue porque que el City National era «el mejor banco, el más dimensionado y, en suma, el más rentable».
A Silva no le convenció la respuesta. Es más, el magistrado apunta en el auto que «en medio de una tempestad no existe barco que, a todas luces, tenga que aguantar; ni ante la presencia de un tsunami, existe mejor o peor tumbona para pasar la tarde tomando el sol».
El magistrado va incluso más allá, y acusa a Blesa -y no una, sino varias veces a lo largo del auto- de «ignorancia deliberada». Considera el juez que la pérdida que la adquisición le acarreó a Caja Madrid era «plenamente previsible y anticipable, de no ser -en la hipótesis más favorable al imputado- por la ausencia total de la mínima diligencia en la gestión y destino proyectado para los fondos de Caja Madrid, máxime ante una cuantía tan elevada».
Eludiendo controles
La compra del CNBF supuso un desembolso de 1.117 millones de dólares (unos 750 millones de euros al cambio de entonces). Pero primero adquirió el 83 % y, un año más tarde, el 17 % restante. Evitaba así tener que pedir el permiso que a partir de cierta cantidad de dinero debía otorgarle el Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Blesa abandonaba ayer la cárcel madrileña de Soto del Real pasadas las seis de la tarde, después de que sus abogados depositaran la fianza de 2,5 millones de euros que el juez le impuso para eludir la prisión. No ha permanecido entre rejas ni siquiera 24 horas.
Los abogados defensores del expresidente de Caja Madrid llegaron al recinto penitenciario a bordo de un vehículo azul, informa Europa Press. Allí les esperaba un nutrido grupo de cámaras y reporteros. Los dos letrados accedieron al interior del centro, donde aguardaba su cliente. Minutos después, uno de ellos movió el turismo para que su representado accediera con mayor facilidad al vehículo. Acto seguido, el exbanquero, ataviado con un jersey verde y pantalones vaqueros, salió de la prisión, observó a los informadores y, sin hacer declaraciones, se adentró en el coche. El vehículo, con Blesa sentado en su asiento trasero, abandonó Soto del Real después de que la familia del exbanquero reuniera en menos de 24 horas la millonaria caución que el juez Silva le impuso en la noche del jueves: 2,5 millones.
Movilización familiar
Su defensa acudió ayer por la tarde al Juzgado número 53 de Madrid, en funciones de guardia, para depositar la fianza después de que el entorno del que fuera el máximo responsable de la caja de ahorros se movilizara desde el momento mismo en que tuvo noticia de su ingreso en prisión. El expresidente de Caja Madrid pasó la noche del jueves al viernes en prisión después de haber permanecido durante más de siete horas en el Juzgado de Instrucción número 9 hasta que le fue notificado el auto por el que se decretaba su ingreso en la cárcel.