Un banquero hecho a sí mismo

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

21 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Prototipo del empresario venezolano hecho a sí mismo, Juan Carlos Escotet (Caracas, 1959) empezó como asistente de oficina en el banco del que hoy es presidente y propietario (tiene el 58 % del capital), con ramificaciones en Colombia, Panamá, Miami y ahora, en España.

Como corredor bursátil, Escotet -hijo de inmigrantes españoles- aprovechó el bum de la bolsa de valores en Venezuela a finales de los 80 y comienzos de los 90, y con lo ganado compró un pequeño banco, Banco Financiero, al que cambió el nombre a Banesco (Banco Escotet) y que logró no solo sobrevivir a la crisis financiera que arrasó con la mitad del sistema bancario del país en 1994-95, sino adquirir uno de los bancos más grandes del país, el Unión, y fusionarlo con Banesco.

Otras compras más pequeñas lo han convertido en el mayor banco privado de Venezuela. Cuando compró el Unión, Escotet mostró su primer carné de trabajador: era en ese banco, como asistente de oficina, con 18 años.

Aunque hasta el 2010 Escotet mantuvo alto perfil público, desde ese año ha preferido retirarse de los focos. La razón es política: la institución organiza un evento que suele ser mal visto por el gobierno de Hugo Chávez. Ha invitado, entre otros, a Mario Vargas Llosa, Lech Walesa o Felipe González, todos críticos de la revolución bolivariana.

Y aunque el empresario ha salido en varias oportunidades en actos con Chávez, este, en enero, en su último programa televisado antes de recaer de cáncer, le amenazó así: «Dime cuánto cuesta tu banco y lo nacionalizamos». No sería el primero: ya expropió el Banco de Venezuela (se lo compró al Santander) y avisó de que haría lo mismo con el BBVA.