Pemex dará empleo 30 meses a 3.000 operarios del naval en Ferrol y Vigo

M. Cheda SANTIAGO DE COMPOSTELA

ECONOMÍA

XOAN A. SOLER

La petrolera mexicana ha formalizado sendos encargos de buques hotel por 292 millones al astillero privado Barreras y al público Navantia

20 sep 2012 . Actualizado a las 19:18 h.

Con los comicios del 21-O ya asomando en el horizonte, la alianza estratégica suscrita por la Xunta con Petróleos Mexicanos (Pemex) el pasado 25 de mayo comenzó ayer a materializarse en forma de tabla de salvación para un sector, el naval gallego, donde, solo durante los dos últimos años, 7.000 personas se han ido a pasar los lunes al sol. En su primera cosecha, según datos oficiales, aquel pacto fructifica ahora, redondeando, en tres millones de horas de carga de trabajo, el equivalente a 30 meses de empleo para más de 3.000 operarios del astillero público Navantia Ferrol y del privado Barreras (Vigo), así como de las industrias auxiliares de ambos. El Gobierno autónomo reaccionó con euforia a la noticia; los sindicatos, tibiamente; y la oposición, entre la crítica, la ironía y el escepticismo.

En virtud de sendos contratos firmados en Santiago por el consejero delegado de Pemex Internacional, José Manuel Carrera, con el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, y el vicepresidente de Hijos de J. Barreras, José García Costas, la compañía norteamericana invertirá en las rías ferrolana y viguesa unos 380 millones de dólares, o sea, 292,2 de euros, a la cotización actual. Los desembolsará a cambio de dos buques hotel de apoyo logístico a sus plataformas petrolíferas, cada uno de los cuales vendrá a ocupar a 1.500 profesionales desde principios de este otoño hasta abril-junio del 2015.

A lo largo, los barcos medirán más que un campo de fútbol (131 metros de eslora) y a lo ancho, casi tanto como una cancha de baloncesto (27 de manga). Navegarán a 12 nudos (22,2 kilómetros por hora), dispondrán de capacidad para alojar a 600 individuos al mismo tiempo y contarán con un peso muerto de 7.000 toneladas, el doble que una fragata del tipo F-100. No obstante, quienes conocen el diseño, que es una evolución del Edda Fides botado hace un año en Vigo, destacan, más allá de las dimensiones, «su enorme complejidad técnica».

El Ejecutivo autónomo alberga «fundadas» esperanzas de que a la recién cerrada contratación de esas dos naves gemelas sucedan en breve otras, si bien menores, hasta un máximo de 14: siete remolcadores y el mismo números de unidades logísticas. Da prácticamente por descartado, en cambio, el encargo por parte de Pemex de un par de quimiqueros al que Navantia llegó a aspirar este verano.

El protocolo de la firma de los floteles tuvo lugar ayer en presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, donde este último gusta de celebrar las ceremonias que estima de especial relevancia: un salón noble del pazo de Raxoi. Despachadas las plumas, los protagonistas de la foto se deshicieron en elogios hacia el mandatario popular, visiblemente satisfecho.

Agradecimientos a Feijoo

«Hoy -valoró García Costas- es un día importante para Galicia. [...] Tengo que hacer hincapié en que este contrato ha sido posible por el trabajo que han empezado, continuado y terminado desde la Xunta el presidente y el conselleiro de Industria, [Javier Guerra]. Los dos son los verdaderos artífices de este contrato. [...] Muchas gracias, presidente. Que quede claro que esto que hoy hacemos tú te lo has trabajado». Aguirre, también en referencia a Feijoo, sentenció: «Ha sido el mejor agente comercial para lograr este contrato, el mejor agente internacional para contactar con el productor. Ha tutelado prácticamente todos los trabajos». Igualmente, Carrera felicitó al jefe del Ejecutivo, amén de formular su «deseo de continuar trabajando para seguir profundizando en la alianza» de Pemex con la Administración autonómica.

El presidente de la Xunta no dejó pasar la ocasión para, sin citarlos explícitamente, reprochar a PSOE y BNG el hecho de que hubiesen dudado de que la entente con la petrolera reportaría beneficios a los astilleros. «Galicia -proclamó- no se resigna, cree en sí misma por encima de todo». Además, en clave preelectoral, defendió que la legislatura próxima, si repite, será la del crecimiento económico.