Lalín tiene un papel relevante en la colectividad bonaerense

o. p. LALÍN / LA VOZ

DEZA

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Entre el centenar de socios fundadores del Centro Gallego estaban 41 lalinenses, y sumó cinco presidentes de la entidad

05 jun 2014 . Actualizado a las 09:32 h.

Lalín mantiene un papel relevante entre la colectividad gallega de Buenos Aires, al igual que lo ha mantenido históricamente. Así lo desveló ayer el periodista Martín Fernández Vizoso, que presentó en la capital dezana su libro Los centros de la emigración pontevedresa en Buenos Aires, al subrayar que entre el centenar de socios fundadores del Centro Gallego creado en 1907 figuraban 41 lalinenses, lo que muestra la preponderancia del centro Hijos de Lalín. Además, hasta cinco presidentes del Centro Gallego, que llegó a tener 110.000 socios, procedían de Lalín. En la actualidad, el Centro Lalín es el más importante de las 18 entidades de la provincia de Pontevedra que aún están operativas en la capital argentina, con más de 600 socios. El Centro Lalín se constituyó en 1982, agrupando a Hijos del Partido de Lalín, creado en 1908; Hijos de Silleda, de aquel mismo año; Unión del Partido de Lalín, de 1921 e Hijos de Agolada, de 1930.

Martín Fernández hace un exhaustivo repaso en su documentado libro de la historia de cada uno de los 18 centros pontevedreses que mantienen su actividad en Buenos Aires, con el objetivo de que «o olvido non inclúa a memoria do mellor da nosa tribu, que probablemente son os emigrantes galegos, decisivos na modernización de Galicia». Y es que el autor recuerda su aportación material el pasado siglo, traducida en más de 300 escuelas erigidas con sus recursos en toda Galicia, así como hospitales, asilos e incluso carreteras; también apunta a empresas vanguardistas, como Sargadelos o Vulcano, que salieron adelante de mano de quienes habían conocido la emigración. Pero destaca todavía más su aportación inmaterial: «Eles fixeron os tres símbolos da Galicia actual: o himno, a bandeira e a Academia Galega», que nacieron en todos los casos alén mar, en la distancia física, que no sentimental. Lo ejemplificó Fernández Vizoso que en 1987, recordando cuando en un reportaje en La Voz, un vecino de Saiar (Caldas), con sus cuatro hijos en la emigración relataba que tres de ellos se habían ido lejos: a Montpellier (Francia) y Frankfurt (Alemania), «non tiveron a sorte do maior, que ese está aí en Bos Aires». Vizoso firma, con la rigurosidad habitual en sus textos, la memoria de esos gallegos tan próximos de Argentina.