La sanción al presidente de la UEFA finalizará el 5 de enero si antes no obtiene una decisión favorable de la Cámara de Apelación o del TAS
21 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«Técnicamente esto no cambia gran cosa para Michel Platini», explicó una fuente conocedora del órgano de gobierno del fútbol mundial. Pero muchas preguntas siguen sin respuesta y todo depende ahora del tiempo de las sanciones. En el entorno de Platini se mantiene un ligero optimismo y se considera que la decisión del Comité Ejecutivo de la FIFA de condicionar el estudio de su candidatura al levantamiento de la inhabilitación es «una buena noticia». «La Comisión Electoral hubiera podido enterrar la candidatura de Michel Platini, pero se reserva el derecho a reintegrarlo. Hoy tenemos el sentimiento de que la Comisión Electoral no ha matado a Michel Platini», señaló una fuente.
La suspensión de 90 días del presidente de la UEFA finalizará el 5 de enero, pero su sanción podría acabar antes si obtiene una decisión favorable de la Cámara de Apelación o, en su defecto, del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS).
Congelando la candidatura de Platini, la FIFA deja la vía libre al otro candidato oficialmente confirmado, el príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, que llevó a Blatter a la segunda vuelta en las elecciones celebradas el 29 de mayo. Platini tiene otra espada de Damocles con el procedimiento de la justicia suiza por el pago de 1,8 millones que recibió de Blatter en el 2011 por un trabajo que finalizó en el 2002, razón por la que la Comisión de Ética les suspendió 90 días.
Para la justicia suiza, Platini tiene el estatuto de testigo asistido, mientras que Blatter está acusado, una distinción que no tuvo en cuenta la Comisión de Ética, al sancionarlos de la misma manera. Para el francés es una carrera contrarreloj, mientras la UEFA estudia un plan B en caso por si no puede presentarse a la presidencia de la FIFA. Los europeos podrían optar por proponer otro candidato propio o apoyar a alguno procedente de otra confederación. La posible entrada en liza del jeque bahreiní Salman bin Ibrahim al Jalifa podría abrir un nuevo escenario.