El fútbol gallego se viste de fiesta

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El Deportivo y el Celta discuten esta noche su supremacía en un Riazor abarrotado

21 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Liga mira hacia Riazor. El derbi gallego sacude el campeonato con un duelo entre dos equipos al alza y dispuestos a dar esta noche un salto en su objetivo común: salvar la categoría cuanto antes. Si en el Dépor, feliz por su racha de tres victorias y dos empates en seis jornadas, no ha dejado heridas la última derrota del Bernabéu, el Celta presume de haber roto su tendencia negativa tras los tres últimos partidos y, sobre todo, después de aplastar al campeón de Liga en Balaídos.

Con cuatro puntos de distancia entre ambos, pase lo que pase el equipo vigués seguirá matemáticamente por delante de su eterno adversario en la clasificación, aunque las sensaciones serán bien diferentes. Un derbi no hace rehenes. El ganador (en el marcador o en el campo) disfrutará del impulso de haber brindado a sus aficionados la gran alegría de la temporada. Porque un choque como el que dirimirán los dos mayores equipos de Galicia adorna de virtudes al ganador y hasta le sirve de trampolín hacia la meta, mientras corona de defectos al derrotado.

La historia y la condición de local parecen favorecer al Dépor. De los cinco últimos derbis disputados en Primera, el triunfo se quedó en A Coruña en tres ocasiones (incluida la más reciente, el 3-1 de marzo del 2013), mientras Riazor aspira a llevar en volandas a su equipo, que no pierde en el estadio desde el pasado 6 de diciembre. El Celta, en cambio, ganó los dos anteriores a aquel sin encajar un solo gol y también se llevó el choque de la primera vuelta (2-1), cuando dominó, pero los coruñeses se quedaron a un penalti errado por Medunjanin de empatar en los instantes finales.

Pocas dudas en las alineaciones. Víctor Fernández medita dar continuidad a las piezas maestras que han levantado al Dépor a cinco puntos del descenso. Se da por seguro que volverán la velocidad y los centros de Juanfran desde el lateral y que Sidnei, quien ayer mismo recibió el alta médica, regresará al centro de la defensa. Por delante, formará el doble mediocentro que con tantos aplausos ha logrado equilibrar ataque y defensa, Bergantiños y Borges. Lucas agitará el ataque desde la mediapunta y Riera buscará estrenar su casillero goleador precisamente en el derbi.

Dominio

En el Celta Berizzo repetirá por aclamación los once futbolistas que dieron buena cuenta del Atlético de Madrid la pasada semana, aunque podría introducir un matiz y resituar sus futbolistas en torno a un 4-3-3 que le dé superioridad numérica en el centro del campo. Solo así se entiende a este equipo, capaz de dominar hasta ahora a todos sus adversarios, salvo al Barcelona, y mover la pelota en un carrusel sin fin. Así, esta vez Radoja, Augusto y Krohn-Dehli podrían formar un de triple pivote con Nolito y Orellana más como interiores que como extremos puros y Larrivey (ojo, o quizá Charles) como referencia atacante.

El punto débil del Dépor estará en el banquillo, donde apenas contará con revulsivos de mediocampo hacia delante. Sin Fariña, ni Toché, ni Postiga, todos lesionados, solo Helder Costa y, si finalmente no se decanta por él para la alineación, también Cuenca meterían esa sexta marcha que los coruñeses podrían precisar. El agujero negro del Celta se abre en defensa. Sergi Gómez, un central, volverá a formar en el lateral derecho por culpa de la lesión de Hugo Mallo y del traslado de Jonny a la izquierda. En cualquier caso, el derbi, la gran fiesta del fútbol gallego, no conoce las excusas. Solo a los triunfadores.