Radiografía de los ultras gallegos más allá de Celtarras y Riazor Blues

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

Un repaso por los principales colectivos desde la Primera división hasta la tercera autonómica, desde Riazor o Balaídos, hasta los campos de tierra y barro

17 dic 2014 . Actualizado a las 15:39 h.

La Policía aún busca a los culpables, pero este domingo se cumplen dos semanas del asesinato de Jimmy a manos del Frente Atlético. Fue un acontecimiento que volvió a poner el foco sobre los ultras, un fenómeno que ha nacido y crecido, en muchas ocasiones al abrigo de directivas, dentro de los campos de fútbol. Primero en el Reino Unido, y de ahí, como el té, la máquina de vapor o la penicilina, al resto del planeta. En cada destino ha mezclado distinto. En Argentina se ha convertido en un nuevo modelo de crimen organizado (38 muertos en los últimos tres años), en los Balcanes, en una manera de seguir ajustando cuentas tras la todavía reciente guerra, o en Turquía, en donde se puede encontrar a los seguidores más fanáticos. En España los ultras están muy vinculados a la política: la extrema izquierda, la ultraderecha y los nacionalismos radicales han encontrado acomodo en los campos de fútbol. ¿Y en Galicia?

Deportivo

Riazor Blues, un berro de onte, hoxe e mañá

Riazor Blues es el grupo más numeroso en Galicia. Alrededor de 500 miembros «de pleno derecho», es decir, que pagan una cuota al año para mantener el carnet con el que beneficiarse de descuentos, acceso a promociones exclusivas en merchandising ultra y descuentos en viajes. Hasta hace poco se expedían carnets de Riazor Blues dentro del propio estadio, en donde contaban con un chiringuito que les cedía la anterior directiva. Los días de partido parecen aún más numerosos. En la grada de Maratón inferior lograban atraer a mucha más gente que se coloca detrás de su pancarta con la única intención de animar al equipo.

Riazor Blues está constituido por distintas secciones. Los Suaves, a la que pertenecía Jimmy, es una de las más violentas, que también se vio involucrada en el 2003 en la muerte de Manuel Ríos en el estadio de San Lázaro. Old Faces (los más veteranos), ChoRBitos (los más jóvenes) o Mobsters son otras de sus secciones más radicales. Todos antifascistas y nacionalistas, aunque cada facción en distinto grado.

Además de la batalla campal a orillas del Manzanares, los últimos incidentes violentos en los que se han visto involucrados fueron contra ultras del Zaragoza (destrozaron un bar en A Coruña mientras comían los miembros de Ligallo), del Sporting (intercambio de golpes y bengalas en la Ronda de Outeiro a primera hora de la mañana), Valencia (pelea en los aledaños de Riazor) y Celta (constantes). Entre sus alianzas destacan los Biris (Sevilla) y los Bukaneros (Rayo Vallecano).

Tienen activa una web en la que, además de colgar fotos con sus «hazañas» (viajes a ciudades hostiles, robos de pancartas a radicales enemigos o los últimos tatuajes en los labios), venden material del grupo a golpe de clic.

Celta

Por Galiza, polo Celta

Los celtarras cambiaron su tradicional ubicación en el viejo fondo de Balaídos en el 2010, pasando de la zona de detrás de la portería, en la que no se veía ni la pelota, a la grada de animación impulsada desde el propio club, algo más centrada. Son menos que los Riazor Blues, pero bastante más cohesionados y politizados (socialistas e independentistas).

Con la llegada de Abel Resino presionaron a la directiva para que no llegase Salva Ballesta como segundo entrenador, uno de los futbolistas más odiados por su orientación política, en las antípodas de Celtarras. Rechazan la etiqueta ultra, prefieren ser denominados hooligans (una estética más casual, sin aparecer en el estadio con bufandas ni banderas para no levantar sospechas entre la Policía). Amigos de Herri Norte Taldea (Athletic Club), Fende Testas (Compos) y Frente Blanquiazul (CD Tenerife). Entre sus enemigos destacan los Riazor Blues (Deportivo), y todos los grupos relacionados con la extrema derecha. De hecho, al asesinato de Jimmy ha derivado en un acercamiento con Riazor Blues, con los que llegaron a firmar un comunicado conjunto.

Los incidentes de Celtarras, tanto en Vigo como en el resto de ciudades en las que juega el equipo, también son muy numerosos. Valladolid, Portugal, Gijón... Destacan el intento de recibimiento a los ultras deportivistas hace un par de temporadas, cuando ambos equipos peleaban por ascender a Primera, o un enfrentamiento con la Policía Nacional en el 2001, mano a mano con los radicales del Athletic.

Teto, Luis y Resistencia Galega

Año 2003. Los celtarras Teto y Luis pactan con la Fiscalía de Pontevedra cuatro años de cárcel. Reconocieron que en mayo del 2001, coincidiendo con la visita del Real Madrid a Vigo (3-0; Gustavo López, Juanfran y Jesuli), proyectaron utilizar cócteles molotov para provocar un incendio en la autovía, a la altura de Puxeiros, para obligar al conductor del autobús de Ultrasur a detener el vehículo, y así poder apedrear los cristales «para que pasaran frío hasta la capital de España». Uno de los cánticos más presentes en la grada de General fue el «¡Teto e Luis, liberdade!». Una década después, en el 2013, la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenaba a Roberto Rodríguez Fiallega, Teto, a 18 años de cárcel por pertenencia a la organización terrorista Resistencia Galega, tras ser detenido en un peaje del concello de Teo con explosivos preparados para su detonación. Diez años más tarde, desde el fondo de Balaídos, se reclama con energía el acercamiento de los presos independetistas a las cárceles gallegas.

CD Lugo

Siareiros antifascistas

Las Brigadas Lucenses forman un grupo de animación en el fondo del Ángel Carro desde el 2003. Destacan por la juventud de sus integrantes. Hasta el momento no hay constancia de que participasen en peleas de consideración. Estética y estilo de vida ultra. Bengalas, pegatinas para marcar territorio, y mucha cerveza, pero sin actos violentos. Antifascistas y nacionalistas. Excelente relación con los Riazor Blues.

SD Compostela

¡Se o Compos é todo, todo está justificado!

Los Fende Testas nacen a mediados de la década de los 90, coincidiendo con la época dorada del Compos, cuando el equipo militaba en Primera división. Alrededor de 50 miembros en el Fondo Norte. Siguieron acudiendo al estadio cuando el Compos luchaba por sobrevivir en Regional Preferente. Hermanados con celtarras, con quienes además de ideología, comparten alianzas y enemistades con otros grupos ultras. Es habitual la presencia de hooligans vigueses por San Lázaro así como de Fende Testas en Balaídos. Hace dos temporadas protagonizaron una batalla campal en los aledaños de A Malata (Ferrol) en las horas previas al Racing-Compos.

Racing de Ferrol

Solo entiende mi locura quien comparte mi pasión

Los Diablos verdes apoyan sin cesar al Racing de Ferrol desde el fondo de A Malata. Rechazan ser clasificados dentro de cualquier ideología. Ni derechas ni izquierdas, ni nacionalistas ni españolistas. Oficialmente, los únicos colores que defienden son el verde y blanco del Racing de Ferrol. Sin embargo, el resto de grupos radicales de Galicia los asocian con la extrema derecha, al considerarlos una evolución del histórico Infierno Ferrolano, con algunos de sus integrantes más veteranos reciclados como Diablos, y con cánticos adaptados del Frente Atlético o Yomus (Valencia). Dentro de Galicia, solo tienen enemigos.

Pontevedra

Adiós a Furya Granate

A finales de noviembre, Furya Granate anunció su disolución tras 14 años apoyando al Pontevedra. Lo hizo con el equipo líder de la Tercera división. Los motivos que expusieron: «a desilusión, o cansanzo e a falta de relevo xeracional». El vacío que dejan en el fondo lo ocuparán los descaradamente jóvenes Mocidade Granate. El pasado fin de semana, al igual que el resto de colectivos gallegos que jugaron en casa (salvo en Ferrol) en solidaridad con Jimmy.

Ourense

¡Ou, Ou, Ouligans!

Hay tres cosas en las que coinciden todos los grupos de radicales gallegos: el amor a los colores de sus respectivos equipos, el lema ACAB (All Cops are Bastards, o todos los policías son bastardos), y el odio al fútbol moderno. Precisamente esta última, junta a la pésima gestión de la última directiva, se ha llevado por delante al CD Ourense, desaparecido a finales de la pasada temporada. Desapareció el club, pero no el sentimiento en los corazones de sus aficionados, que con la colaboración de exfutbolistas que algún día defendieron esa camiseta, han logrado reconvertirlo en la UD Ourense, un proyecto alejado del fútbol negocio que jornada tras jornada endosa goleadas a sus rivales de la Tercera Regional, la última categoría del fútbol gallego.

Así, los Ouligans (nacionalistas y de izquierdas) han pasado de ocupar su habitual espacio en el estadio de O Couto a acompañar al equipo por los numerosos campos de tierra de la comarca. En plena reconversión. Una incógnita el cómo responderán a medio y largo plazo durante la travesía del equipo por los infiernos de barro del fútbol gallego.

Otros

A pesar de que el fenómeno ultra es eminentemente urbano, las peculiaridades de la geografía gallega, y de su fútbol, han motivado el nacimiento de grupos de animación que apoyan con ahínco cada domingo a los equipos de su localidad. Su consideración como ultras habría que cogerla con pinzas.

Sigüeiro

En Sigüeiro, una población a pocos kilómetros de Santiago en donde se cruzan el río Tambre y el Camino Inglés, de apenas 7.000 habitantes, se reúnen cada domingo en el campo de fútbol las Brigadas Vermelhas para empujar a su equipo, que milita en la Primera regional.

Boiro

En la localidad marinera de Boiro, en plena ría de Arousa, el campo de fútbol de Barraña cuenta con las Krusadas Boirenses. El CD Boiro juega en Tercera división. El pasado curso llegó a disputar el play off de ascenso a Segunda B.

Mera

En otra localidad bañada por el Atlántico, Mera (Oleiros), el Marino busca recuperar el terreno perdido ante el Dorneda en los últimos años. El Marino de Mera ascendió la pasada temporada a Primera autonómica con humo de bengalas en el campo de O Xabrón para festejar su regreso a la categoría cuatro décadas más tarde.