Nunca encontró su sitio ante un Manresa que golpeó con su ritmo y sus triples
20 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El Obradoiro Río Natura Monbus está muy tierno, todavía se le notan las costuras y los descosidos. Quizás no tanto como pudo parecer ante el Manresa, porque le salió todo al revés y a los catalanes todo al derecho. En todo caso, ni la protestada actuación arbitral en algunos tramos puede servir como excusa. Después de una campaña que acabó con una sucesión de ensoñaciones, el reencuentro de Sar con la Liga Endesa fue una bofetada, que a veces es la mejor manera de volver a la realidad.
Atrevimiento visitante
El Obra se topó con uno de los pocos equipos que se le van a cruzar esta campaña en el camino presumiendo de más juventud en sus filas. Jugadores como Creus, Eriksson, Larsen o Kody le dan un aire de instituto, más que universitario, y otros como Arco, Arteaga o Asselin, que ya se manejan en la treintena, incluso parecen chavales. Esa insolencia, bien entendida, la trasladan a la pista. Y Waters se encarga de poner cabeza y criterio.
En el primer cuarto los manresanos propusieron un duelo a toque de corneta, casi un partido de tenis, de idas y venidas que no suelen ser un buen escenario para el colectivo de Moncho Fernández. El Obradoiro aceptó el intercambio de canastas y el vértigo, y acabó por delante el capítulo inicial. Pero no estaba cómodo. La grada, tampoco.
Esa tónica se mantuvo en el segundo cuarto, algo más áspero, aunque no menos acelerado. Y en esas aguas pesca mejor el Manresa, que se fue al intermedio con cuatro puntos de renta a pesar de que llegó a verse cinco abajo en el arranque del acto, tras una canasta de Oriol Junyent y otra del eléctrico Durand Scott.
Los visitantes no se descompusieron. Jugaron todo el tiempo al mismo modelo, sin altibajos, por más que Comenge multiplica las rotaciones, como un partido de fútbol sala. No apuesta por cambiar a cuatro de golpe, pero no tiene inconveniente en entrar en un carrusel a fin de que el equipo no baje el ritmo.
Sin capacidad de reacción
El tiempo de descanso no sirvió para cambiar el decorado. Antes al contrario. Waters, base visitante, se adueñó del partido. Se jugó a lo que él quiso.
Al Obradoiro no le bastó con apretar los dientes. Los tiradores tenían ayer el punto de mira extraviado. Todo lo contrario que el adversario, con mención especial para Salva Arco en la primera parte y Eriksson en la segunda.
Moncho Fernández probó todo tipo de combinaciones y no terminó de encontrar la tecla. Ni consiguió provocar cortocircuitos en el ataque del Manresa ni abrir vías de agua en la defensa visitante.
La frialdad de los números dice que la diferencia estuvo en los triples: 5/23 los compostelanos por 12/26 en el otro bando. Mientras el Obradoiro tropezaba una y otra vez en ese empeño, el adversario golpeaba sin piedad. Y en la segunda mitad, además, compensó los errores con una mayor actividad en el rebote ofensivo. De ese modo, evito cualquier atisbo de reacción.
Lo que no ha cambiado es el carácter de la afición de Sar, que animó, empujó, protestó a los árbitros en varios tramo y, a pesar del desencanto de la derrota, despidió al equipo con cariño. Al fin y al cabo, la ACB es una carrera de fondo y no ha hecho más que empezar. El domingo volverá el baloncesto al Multiusos. Llega el CAI Zaragoza.
Ficha técnica
Parciales en cada cuarto: 23-22 / 16-21 / 15-25 / 17-20
Árbitros: Bultó, Sánchez Montserrat y Planells. Muy protestados por el público. Irregular actuación. Penalizaron con una técnica a Moncho Fernández.
Incidencias: Multiusos Fontes do Sar. Segunda jornada de la Liga Endesa. Según datos facilitados por el club, presenciaron el encuentro 5.011 espectadores.
Obradoiro 71: Vasilis Xanthopoulos, Pumprla (12), Corbacho (12), Minnerath (2) y Muscala (16) -cinco inicial-. Delas (10), Scott (8), Dewar, Oriol Junyent (4), Rafa Luz (4) e Iñaki Sanz.
Manresa 88: Waters (13), Salva Arco (15), Kouguere (8), Aretaga (9) y Larsen (7) -cinco inicial-. Creus, Asselin (4), Eriksson (18), Álex Hernández (2), Kody (3) y Giannopoulos (9).