La falta de información oficial hace crecer la bola de nieve sobre la compra de partidos
04 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El escándalo del Levante está enredando todo el fútbol español. Desde que esta semana saltó la noticia de la discusión en el vestuario del club granota por las acusaciones de Barkero a cuatro de sus compañeros (Munúa, Juanfran, Ballesteros y Juanlu) de excesiva permisividad y falta de competitividad contra el Deportivo, las dudas se están esparciendo por gran parte del fútbol español.
Uno de los señalados ha sido otro equipo gallego, el Celta. Algunos medios valencianos publicaban ayer que la Fiscalía Anticorrupción estaba investigando no solo el Levante-Deportivo, sino también el Levante-Celta. Sin embargo, pocos minutos antes de comenzar el duelo contra el Athletic, el club celeste desmentía tal posibilidad, asegurando que la propia Liga de Fútbol Profesional les había negado esa información.
Menos suerte tuvo el Deportivo, pues Lendoiro, que también negó cualquier posibilidad de amaño, aseguró no saber si la fiscalía estaba investigando el partido y el motivo, debido a que no había conseguido hablar con Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional. Además, el dirigente blanquiazul no descartó la posibilidad de emprender acciones legales contra Barkero. Manifestó esto durante una conferencia de prensa en la que, una vez más, prohibió la entrada a los periodistas de La Voz de Galicia que no pudieron ejercer su derecho a hacer preguntas a Lendoiro.
En cualquier caso, sí parece cierto que el citado encuentro entre valencianos y coruñeses está siendo investigado. Y ya estaba bajo sospecha antes de iniciarse. Según informó El Larguero, el desencadenante de que las miradas de la Liga y la AFE se pusieran en el Ciutat de Valencia estuvo en una denuncia de un futbolista de uno de los implicados en la lucha por el descenso. Al parecer, un jugador del Levante lo llamó por teléfono la semana previa al enfrentamiento preguntándole cuánto dinero estaba dispuesto a pagar su equipo para que el cuadro granota derrotara al Dépor.
Al parecer, no hubo pacto y después de que la escuadra que prepara Fernando Vázquez infligiera un duro 0-3 en los primeros minutos del partido, el lío se montó en el vestuario cuando los jugadores accedieron al mismo tras pitar el árbitro el descanso. Según diversas fuentes, Barkero se quejó de la actitud de varios compañeros y el primero que le recriminó sus gritos fue Gustavo Munúa. Posteriormente, hubo intercambio de lanzamientos de bebidas y tuvo que calmar los ánimos su entrenador.
Días después el técnico hablo con los protagonistas y el club inició las pesquisas. El jueves, el presidente del Levante, lejos de despejar dudas, aseguró que confiaba en sus jugadores, se puso en manos de la justicia, la Liga y la AFE a la hora de colaborar en las investigaciones y anunció sanciones ejemplares en el caso de que se descubriera algo anómalo.
Algunas fuentes aseguran que, las investigaciones pueden ir encaminadas no ya a la compra del partido por parte del Deportivo sino a la implicación de algunos futbolistas del Levante en temas de apuestas, extremo que no ha podido ser confirmado.