El Obradoiro llama a la puerta de la estabilidad

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

Álvaro Ballesteros

Moncho Fernández inició el trabajo de pretemporada con un plantel rejuvenecido

22 ago 2012 . Actualizado a las 11:49 h.

Al Obradoiro no se le ha dado mal navegar en el océano de los desafíos y de las incertidumbres. De la noche a la mañana se vio en la ACB, y durante una vuelta, la primera, soñó con quedarse. La segunda se convirtió en una pesadilla, pero el club se repuso. Lejos de deprimirse, aprovechó su paso por la LEB para tomar impulso. Supo manejarse en mares de turbulencias y sortear amenazas de diversa índole. En la pista, conquistó un ascenso que era como inyectar vida al club. En los despachos, llegó a un acuerdo para eludir el canon de la ACB pero no pudo hacer lo mismo con el fondo de ascensos y descensos. Traducido en euros, algo más de 1.700.00. Después vino una permanencia heroica y una conversión en sociedad anónima no menos épica.

Superados tantos trances, se hace raro pensar que el nuevo reto es encontrar la estabilidad. Por primera vez el club está ante un escenario que, cuando menos, no apremia.

Peleará en igualdad de condiciones económicas con otros cuatro o cinco rivales que se mueven en un potencial financiero parecido. Ya no es aquel equipo que se coló en la fiesta. Incluso ha ganado algún puesto en la parrilla de salida.

Oriol con la ilusión de un júnior; Moncho Fernández con una sonrisa que es el espejo de un alma optimista; Ben Dewar encantado en la ciudad y con el equipo; Corbacho con su perenne aire de bucanero de los aros, soltando el brazo con la alegría de siempre; Miki García feliz por la oportunidad de disfrutar de la Liga Endesa desde dentro; Jorge Sanz con ganas de comerse el mundo; el presidente invocando a ese espíritu de unidad y sacrificio que tantos réditos le está reportando a la entidad. Son estampas de un primer día que lució bonito.

Esta vez el Obradoiro no arranca asediado por las urgencias, pero tiene ante sí dos retos: el deportivo, que empieza por tratar de asegurar cuanto antes la permanencia en la Liga Endesa; y el estructural, el de ir echando raíces para no tener que estar reinventándose cada año.