La tierra azul embarra el tenis

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La tenista gallega Lourdes Domínguez analiza la polémica arcilla del torneo de Madrid, rápida y «muchísimo más» resbaladiza

11 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

... CON LOURDES DOMÍNGUEZ. La tenista gallega analiza la polémica arcilla del torneo de Madrid. La ve rápida y «muchísimo más» resbaladiza, lo que afecta a la estabilidad de los jugadores.

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El tinte azul de la tierra batida del Mutua Madrid Open había propiciado la madre de todas las polémicas antes del inicio del torneo. Innovadores contra tradicionalistas se alinearon en dos bandos. El polvo de ladrillo naranja se eliminaba para mejorar la visibilidad de la bola por televisión. Hasta ahí la teoría. Con el inicio del torneo arreciaron las críticas, porque el mayor gramaje de la arcilla tintada propició problemas de estabilidad. Rafa Nadal pidió jugar con zapatillas especiales para hierba, Novak Djokovic ironizó sobre la idoneidad de usar botas de fútbol e Ivan Lendl se preguntó si sería bueno colorear de rosa la hierba de Wimbledon. Cinco partidos convierten a la pontevedresa Lourdes Domínguez en una de las jugadoras con más experiencia en el complejo de la Caja Mágica.

«La tierra queda más suelta, menos compacta, y eso hace que resbales muchísimo más. No es fácil evitarlo, porque aunque estés parado, si quieres salir hacia un lado, el pie se te va. La estabilidad no es la misma que en otras pistas de tierra», matiza Lourdes Domínguez, de 31 años y profesional desde los 15. No termina ahí la peculiaridad de la pista: «La velocidad de bola es más rápida. El bote es diferente. Se dijo que sería igual, y no es cierto. El juego ya es más rápido en Madrid por la altura [650 metros sobre el nivel del mar], y ahora más».

Diferencias entre canchas

La jugadora pontevedresa no entra en la polémica sobre el color de las pistas, con el que la organización del torneo de Madrid quería «innovar». «Arriesgaron. Hicieron las cosas con todo el cariño para que se pareciera lo más posible a la tierra normal, pero es diferente. No sé los motivos. El tinte hará que la pista sea distinta», explica Domínguez, que jugó en canchas con condiciones muy diferentes entre sí, algo que no afecta a los principales favoritos. «Hay diferencias entre los estadios grandes, donde se resbala mucho más, y las pistas de fuera. Quizá pasa porque algunas las riegan más que otras».

Algunos jugadores comentan que las pistas, si se riegan mucho, se embarran. En otras canchas, Domínguez constató que la distribución de la tierra no es uniforme. «La organización dijo que en todas aplicaron el mismo proceso, y cada día intentan dar con la solución. Pero hay pistas en las que se levanta la tierra, y de un lado de la red hay más que del otro», explica la gallega, que llegó a figurar en el cuadragésimo puesto del ránking mundial y ayer viajó a Roma, siguiente parada de su calendario de torneos por todo el mundo.

Madrid tiene otra peculiaridad. Las pistas de la Caja Mágica se montan para el torneo, no son fijas. Este año estaban más asentadas que el pasado, según la gallega. «La vez anterior había más malos botes, agujeros, y algunas parecían patatales. Esta vez no pasó eso, pero quizá faltó más tiempo de asentamiento, de rodaje», añade Domínguez, escéptica sobre el futuro de la tierra azul. «La gente ya no quería esto, y encima ves que no funciona... Rectificar es de sabios, ¿no?», concluye la mejor tenista gallega de todos los tiempos.

UN Miércoles DE 19.00 a 20.00 horas.