Sergio Dalma: «Cuando grabé mi primer disco pensaba que volvería a la orquesta»

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Sergio Dalma
Sergio Dalma

El intérprete catalán retorna a Galicia con un nuevo trabajo titulado de manera sintomática «Alegría». Lo presenta el 26 de marzo en Santiago

20 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La última vez que Sergio Dalma (Sabadell, 1964) actuó en Galicia tuvo que hacer un doble pase. «Claro, eran los momentos de limitaciones de aforos y ese era el modo de salir adelante, haciendo dobles sesiones e incluso matinales», recuerda. El próximo 26 de marzo en Santiago (Pazo de Congresos, 20.30 horas) vuelve con una única sesión, dentro de un ambiente más normal. «Eso sí, yo siempre le digo a la gente que atienda a las normas, que sino me sacan en el telediario», bromea en referencia a la polémica surgida en un concierto el pasado verano en Murcia donde el público se levantó a bailar.

—¿Un disco titulado «Alegría» en el 2020 es toda una declaración de intenciones?

—Sí, totalmente. Si hubiera puesto este título hace unos cinco años no tendría ningún tipo de repercusión, pero ahora tiene mucho peso. Es un trabajo que está hecho en otras condiciones diferentes. Durante el confinamiento recibía las canciones y convivía en pijama con ellas. Fue todo muy pausado.

—Es el trabajo número 21 de su carrera. ¿Genera vértigo?

—El otro día me lo comentaban. Iba perdido con ello. Nunca haces ese ejercicio de pararte un poco y hacer una mini reflexión. Te metes en ese bucle y no paras. Ahora empiezas a tomar un poco de consciencia. Hay una mochila con bastante peso detrás.

—En todo caso, denota que su faceta de cantante es, sobre todo, un oficio más allá de las circunstancias.

—Me encanta el término. Realmente, lo he considerado siempre como un oficio. Porque hay algo que no soporto, eso de «tú eres famoso». Nunca. Este es un trabajo como otro

—Pero conlleva fama, a veces.

—Nunca la he perseguido. Cuando cantaba en mi primer disco, el de Esa chica es mía, me veía cumpliendo mi sueño, pero pensaba que iba a tener que volver al mundo de la orquesta. Pude seguir grabando discos. Pero siempre viéndolo como un oficio.

—El sencillo «Por amor al arte» parece una de sus mejores canciones. ¿De haber salido hace 15 años formaría parte de su grandes éxitos?

—Sinceramente, nunca he tenido ese olfato de cuando una canción puede ser un éxito. De hecho, siempre nos reímos en la compañía porque, cuando digo que una canción no la quiero, ellos ya piensan que va a ser el single. He tenido la gran suerte de que los autores con los que trabajo me han dado siempre buenos temas. Canciones con las que te sientes cómodo, como esa pieza de ropa que encaja. Pero luego no sabes si esto será un éxito

—¿Ha cambiado el modo de lograr el éxito?

—Yo tengo la sensación de que no es como antes, donde grababas una canción como Bailar pegados o Galilea y sabías que, si se le daba recorrido y era un éxito, se iba a mantener en el tiempo. Hoy creo que todo es mucho más efímero. Que puedes grabar un disco y gustar, pero no sé si ese Por amor al arte o La noche de San Juan, también de este disco, se recordarán como los éxitos del principio

—¿Canta pensando para los que le siguen?

—Sí, claro. Cuando yo recibo ese tema me identifico un montón con ella. Me pongo en el papel de público y me gusta. Por amor al arte suena de entrada perfecta para el directo. Pero predecir el éxito, eso sí que ya no lo sé.

—Al hilo de la alegría del disco promovió la campaña #personas alegres. ¿En qué consiste?

—La idea era hacer partícipes a compañeros y personajes públicos, que dijeran qué era para ellos la alegría tras esa etapa tan dura y gris que nos tocó vivir. En redes sociales participó mucha gente y realmente me sentí muy agradecido. También se apuntó gente anónima en la misma línea. Me encantó.