Adiós a La Terremoto, que hizo de su canción «Achilipú» una seña de época

Gracia Novás REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Pionera de la rumba flamenca y hermana del Príncipe Gitano, Dolores Vargas murió en Valencia a los 79 años

09 ago 2016 . Actualizado a las 12:34 h.

La cantante Dolores Castellón Vargas, La Terremoto (Barcelona, 1937), es la hermana menor del cantaor Enrique Castellón Vargas, más conocido como el Príncipe Gitano. Con él empezó su fructífera carrera sobre los escenarios y con él debutó en el madrileño Teatro Calderón en el espectáculo Su alteza, el pirata. En 1951 grabó su primer álbum, que incluía los cortes María Mercé y Las chufliyas de ti-qui-tí, pero no saltó al estrellato hasta que hizo su aguerrida interpretación de la rumba flamenca Achilipú (o también A-chi-li-pu), que su marido -su primo carnal José Castellón Batista, Pepe, excelente tocaor de guitarra flamenca- y Felipe Campuzano y Joaquín Alfonso Navas compusieron a finales de la década de los años sesenta del siglo pasado. Ella grabó la canción en 1969, cuando se publicó en un disco EP [extended play] que incluía otro peculiar hit, muy pegado a la actualidad, Apolo pisó la Luna. Artistas de mucho peso como María Jiménez, Lola Flores, Rocío Jurado, Las Grecas, El Gran Combo de Puerto Rico, Hakim y hasta Seguridad Social explotaron después el potencial de A-chi-li-pu, que para entonces ya se había convertido en gran seña de identidad de una época, la de esa España en blanco y negro en la que solamente operaban dos canales de televisión, y además de titularidad estatal.

El estilo arrollador de Dolores Vargas, una auténtica fuerza de la naturaleza, estaba muy en la línea de La Faraona, con la que llegó a compartir tablas en varias ocasiones. Es más, otro famoso standard, la copla A tu vera, que Rafael de León y Juan Solano compusieron para La Terremoto, fue clave en la exitosa carrera de Lola Flores. TVE aún rescata de vez en cuando las imágenes de la juerga de divas flamencas que montó el realizador de origen rumano Valerio Lazarov para el especial catódico de la Nochevieja de 1975: ambas dan una soberana lección de genio y talento interpretativo. De irrepetible carga racial, que diría el inolvidable Lauren Postigo.

Y aunque La Terremoto alcanzó el cénit de su carrera con esta mezcla pionera de flamenco, rumba catalana, copla y pop -hasta erigirse en una de las estrellas del sello discográfico Belter, fundado por Joaquín Alfonso Navas y José Ramón Batalla en 1956-, y está considerada como uno de los pilares (y renovadores) de la rumba catalana junto con el Pescadilla, Peret o el Gato Pérez, su reinado no pasó de los años sesenta y setenta. Su popularidad la hizo pugnar con Peret para representar a España en el Festival de Eurovisión de 1974 y en 1978 triunfó en el mítico teatro Olympia de París. Pero la muerte de su esposo a mediados de la década de los 80 retira a Dolores del mundo del espectáculo, como recordaba a Efe el hermano de la artista y guitarrista Juan José Castellón Vargas, quien informó de que ella vivía con su hija en Xirivella (Valencia) desde hace 20 años. Dolores Vargas, aseguró su hermano, ya únicamente actuaba en la iglesia a pesar de que le ofrecieron «contratos millonarios e incluso cantar con Peret». Eso sí, incluso en el oficio todo su arte flamenco se desataba como un huracán.

Falleció el pasado domingo a los 79 años en el Hospital General de Valencia, donde llevaba ingresada más de veinte días por un agravamiento de las consecuencias de la leucemia que padecía -el cáncer se le había extendido a los huesos-. «Varios achaques han podido con ella», resumió su hermano Juan José, quien explicó que la cantante tiene dos nietos, de 22 y 29 años.

Vargas también realizó sus pinitos en el mundo del cine, participando en películas como Torero por alegrías, Un torero para la historia, Noches de embrujo o Veraneo en España (1956), filme que protagonizaron ella misma, su hermano y Paco Martínez Soria.