¿Es rentable acudir a Arco?

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

CULTURA

Estar en la feria madrileña supone al galerista un gasto mínimo de 10.000 euros

26 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Poco a poco, la presencia de galerías gallegas en Arco ha decaído en los últimos años. Pese a que la cifra tampoco era espectacular y variaba entre tres y cinco firmas especializadas en el sector mercantil de la creación plástica, este año ha descendido hasta un mínimo histórico. Santiago vuelve a ausentarse tras años en los que SCQ y Trinta eran asiduas, dejando a Vigo sola ante el mercado, aunque con una baja notable, la de Ad Hoc, que a última hora, tras haber sido admitida su solicitud, renunció a acudir este año a una feria que celebra su 35.ª edición.

La también viguesa Bacelos se postula como la más regular en esta cita madrileña con el arte contemporáneo. Le acompaña en la aventura PM8, que desde el 2011 dirige Francisco Salas con misterioso hermetismo e inusitada discreción.

Arco es la vitrina más importante para estar en la pomada. Y tiene un precio. La tarifa es de 260 euros más IVA por metro cuadrado y el espacio mínimo a contratar son 40 metros cuadrados de superficie, por lo que la cuenta no baja de los 10.000 euros y a ella se suman los transportes, los seguros y hasta el precio de la energía eléctrica que consumen los galeristas en sus estands. Pagan hasta por la solicitud previa de admisión, 300 euros, cuota que en caso de no ser aceptados no se devuelve.

Renuncias como la de Ad Hoc hacen dudar de lo vital que resulta hacerse un hueco durante cinco días al año en el pabellón de Ifema. Pepa Montesinos es la responsable de Bacelos y no lo duda. «Compensa siempre. Es caro, pero como muchas otras ferias. De hecho las hay más caras, como Basel Miami y Suiza o Maco México», asegura. La galerista, además, está convencida de que cinco días en Arco son más rentables que cinco meses en Vigo y su apuesta por Madrid es tan firme que desde el 2012 tienen una sucursal en la capital. «Todo se cuece aquí, te puede ir unas veces mejor y otras peor, pero vendes, te mueves, te haces visible y haces contactos que son muy importantes», añade desde su espacio de 50 metros cuadrados por el que pagan alrededor de 16.000 euros.

El primer día del certamen comenzó con buen pie y vendieron dos obras, una de ellas, una pieza de Manuel Eirís, para la colección DKV. Montesinos explica que la oferta es muy variada. «Te puedes llevar una obra desde 800 euros hasta los 20.000 que te puede costar una creación de la mexicana Sofía Táboas», apunta esperanzada.