Una empresaria santiaguesa abrirá antes de fin de año una estación de servicio con descuentos de seis céntimos por litro
02 dic 2013 . Actualizado a las 15:18 h.«Compro el combustible al mejor postor y no tengo que rendirle cuentas a ninguna otra compañía. Yo asumo todo el riesgo y tengo toda la responsabilidad, pero también puedo ofrecer el gasoil y la gasolina a mejores precios», resume la santiaguesa Ana García Barros, promotora de la primera estación de servicio low cost que se instalará en A Coruña. La gasolinera, denominada SBC y ubicada en la calle Severo Ochoa, en el polígono de la Grela, está casi a punto, y, si todo marcha según lo previsto (solo está pendiente de la última inspección municipal), abrirá sus puertas la próxima semana.
Permanecerá abierta las 24 horas del día en régimen de autoservicio (de 11.00 a 20.00 horas habrá personal de ayuda) y los usuarios podrán beneficiarse de cuantiosos descuentos por litro. En estos momentos, por ejemplo, Ana García Barros, ofrece el combustible a seis céntimos menos que sus competidores, lo que en un depósito de 50 litros el ahorro medio rondará los tres euros. «La calidad del combustible es igual de buena, la única diferencia es que no hay apenas intermediarios», explica.
Margen de beneficio
«El margen de beneficio no es tan grande, pero sigue existiendo y compensa», insiste García Barros, que durante 20 años trabajó en la petrolera italiana Saras. «Conozco bien el sector», añade la empresaria.
Fue precisamente ese conocimiento lo que la animó a convertirse en su propia jefa y en crear empleo (ha contratado a ocho personas).
Cuando la compañía en la que trabajaba decidió hacer una reducción de plantilla, Ana no se quedó de brazos cruzados y buscó financiación para abrir sus propias gasolineras. No lo logró con los bancos, pero sí con la empresa madrileña Punto de Bajo Coste, especializada en la implantación de gasolineras a precios reducidos en toda España. «Lo mío viene a ser algo así como un franquiciado», cuenta Ana, que hace un mes abrió su primer negocio de este tipo en Santiago. «La acogida por parte de los clientes es muy buena, por parte de la competencia, lógicamente, no tanto», reconoce. «Pero hay sitio para todos», concluye.