La sala de ocio de Los Cantones tendrá espacio para 3.000 personas

Xosé Vázquez Gago
X. Gago A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

Estará en la esquina más próxima a Palexco y tendrá dos plantas de altura

02 jul 2015 . Actualizado a las 12:50 h.

La sala de baile y conciertos que está prevista en el proyecto para reflotar Los Cantones Village tendrá capacidad para más de 3.000 personas. El local estaría ubicado en la esquina más próxima a Palexco, donde ahora se sitúan los restaurantes Ginos y Vips, que ya han anunciado a su plantilla que echarán el cierre para facilitar las obras en el centro.

La construcción de esa sala, que ocuparía parte de la primera y la segunda planta del edificio, forma parte de la fase inicial del proyecto de remodelación de Los Cantones Village.

En una etapa posterior está previsto construir una serie de espacios dedicados a la degustación y adquisición de productos gastronómicos, en una línea similar a los mercados de La Boquería y San Miguel, en Barcelona y Madrid. Es probable que esa instalación se combine con otras zonas dedicadas a actividades de ocio aún por especificar.

En principio está previsto el cierre de la totalidad de los establecimientos que continúan abiertos en el complejo, no solo de los dos citados restaurantes.

La principal excepción serán los locales de ocio nocturno de la tercera planta (Amura, Brit, Dux y My by Dux), que pertenecen al grupo Dux, una de las compañías promotoras de la reforma junto a un conocido empresario de la ciudad que aportaría el grueso de la inversión necesaria.

Según fuentes conocedoras de la iniciativa, el coste total del proyecto ronda los cinco millones de euros, aunque los detalles definitivos se irán conociendo durante las próximas semanas, cuando el proyecto se presente ante el Ayuntamiento.

Diferentes propuestas de los lectores sobre el futuro del edificio

Un 75,6 % de los lectores que participaron en la encuesta propuesta en la web de La Voz están a favor de los planes de futuro de Los Cantones Village.

En general, la idea de orientar el inmueble al ocio nocturno se toma como el mal menor. «Creo que la opción más viable para ese monstruo que plantaron ahí no es otra que reubicar todo el ocio nocturno que se ubica todavía debajo de edificios de viviendas», opina uno de los lectores que firma como Rumoroso.

Por su parte, Mayka López señala que «tendrían que respetar las vistas al mar para hacerlo atractivo y no estar metido en un bloque de cemento cerrado». Juan Pablo Díaz sostiene que «debería ser para músicos y dj?s locales».

Otros se pronuncian por soluciones más drásticas. Daniel P, por ejemplo, dice: «Deberían tirar con él y que los coruñeses disfrutásemos de ese espacio». Otro pide que se consulte a los ciudadanos a través de un referendo cuáles pueden ser sus posibles usos.

¿Hay que abrir A Coruña al mar?

En el 2005, después del polémico derribo de la estación marítima y la construcción del complejo «alas de gaviota», que incluye Palexco y el centro de ocio del Puerto, hoy pendiente de un proyecto empresarial que lo rescate de su actual condición de cascarón vacío, se abrió un debate sobre el gusto arquitectónico del edificio y la «oportunidad perdida» que su construcción supuso para la apertura de la ciudad al mar.

Ese debate es reciente. El cierre de gran parte de A Coruña al océano es una consecuencia de los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos y del 11 de marzo del 2004 en Madrid, que provocaron un aumento de seguridad en las instalaciones portuarias que se tradujo en la prohibición de una de las más antiguas tradiciones coruñesas: pasear por el Puerto, que antes de aquellos ataques era un lugar tan accesible como la calle Real. Desde entonces se han sucedido las propuestas urbanísticas para recuperar el contacto del casco urbano con el mar en ese flanco de la península coruñesa.

Entre esas iniciativas se pueden contar la reforma del Parrote y de la Marina, que buscan retirar la «barrera» de tráfico que separa a los peatones de los muelles. La obra aún no está terminada y habrá que esperar para saber si son suficiente para recuperar ese contacto, aunque las quejas por la falta de espacios sombreados y arbolado, que el actual gobierno se ha propuesto subsanar, no resultan muy alentadoras.

El otro frente para acercar la ciudad al mar, que todavía no está abierto pero sobre el que ya hay planes, es el futuro de los muelles del puerto mercante. En los convenios urbanísticos firmados en el 2004 se aprobó su conversión en zonas residenciales. Su venta permitiría a la Autoridad Portuaria afrontar los gastos de la construcción de punta Langosteira.

El ejecutivo de la Marea es muy crítico con esos acuerdos y ha propuesto cambiar la planificación para que los muelles se conviertan en espacios abiertos a todos. En la campaña electoral el PP también apoyará cambiar los planes y lograr más espacios públicos, aunque a diferencia de la Marea sostenían que se podía hacer respetando los pactos del 2004. Los dos grupos suman 20 concejales en el pleno y el debate debe abrirse pronto, cuando el puerto exterior arranque.