Huesos de San Francisco, al carbono 14

A CORUÑA

Encuentran restos humanos en las excavaciones del yacimiento San Francisco.
Encuentran restos humanos en las excavaciones del yacimiento San Francisco. PACO RODRÍGUEZ

Estudian esqueletos del yacimiento para determinar su dieta, dentro de un trabajo sobre enterramientos en las rutas jacobeas

12 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«En la Edad Media no respetaban mucho a los muertos», resume Patxi Pérez Ramallo. Por ello, en las excavaciones del desaparecido convento de San Francisco han aparecido enterramientos partidos por la mitad: «Cortaban las tumbas hasta donde les molestaba. Hay una que está partida por la cintura y los restos los arrojaron en otra parte del terreno donde preveían que no les iban a molestar». Este bioarqueólogo compostelano, especializado en análisis osteológicos y biomoleculares, está investigando los huesos «de tres individuos, hallados in situ y alterados por distintas construcciones». Estos esqueletos aparecieron durante las excavaciones realizadas en el yacimiento de San Francisco en el 2015.

No fueron los únicos restos localizados: «Hay huesos de otros individuos enterrados de forma poco cuidadosa, como con prisa». Ocurrió entre los siglos XV y XVI, y Pérez Ramallo sostiene que esa forma de enterramiento muestra que «algo había pasado: la peste negra, alguna epidemia, una guerra...». Eso es lo que trata de averiguar este investigador de la Universidad del País Vasco que lleva varios años trabajando sobre los enterramientos a lo largo de las rutas jacobeas y que ha incluido el de A Coruña por estar en el Camino Inglés.

Este ambicioso proyecto interdisciplinar cuenta con el apoyo de la Obra Social La Caixa y en él participan expertos como el genetista Ricardo Rodríguez Varela (natural de Negreira), de la Universidad de Estocolmo y responsable de las pruebas de ADN; Francisco Echevarría, médico forense de la Universidad del País Vasco; Patrick Robert, arqueólogo y antropólogo del instituto alemán Max Planck, y los arqueólogos Abel Vigo, Xurxo Ayán y Marco Antonio Rivas. Este último, arqueólogo municipal, explica: «El brazo norte de la iglesia de San Francisco cortaba una de las tumbas. Esto era porque había sido destruido durante el ataque de Drake, en 1589, y luego fue reconstruido. Por eso ese esqueleto quedó recortado».

El estudio incluye las dataciones con carbono 14 de los restos óseos, una tarea en la que colabora la Universidad de Oxford. Algunos de los huesos localizados en San Francisco ya han sido sometidos al carbono 14, «pero no tuvimos suerte porque en Galicia, debido al granito y a la humedad es difícil lograr resultados», explica Pérez Ramallo. De todos modos, van a someter de nuevo los restos a esta prueba con el fin de intentar obtener nuevas informaciones sobre las personas enterradas en este lugar, que serían vecinos de la ciudad, no peregrinos.

«Uno de los objetivos del estudio es determinar la dieta que seguían» los que allí fueron enterrados. Ya tienen datos que muestran que la suya sería «una alimentación urbana a base de carne y, lógicamente, por la zona en la que estaban, de pescado». Sin embargo, «no sería una dieta acorde con la clase alta, de las personas que en teoría frecuentaban en esa época el convento de San Francisco», como el emperador Carlos I, alojado allí antes de la coronación, al igual que su hijo Felipe II.

Y es que a través de esa dieta es posible saber si los restos pertenecen a personas de una clase social más humilde, en cuyo caso la alimentación se basaría más en vegetales, o eran más pudientes y accedían a la carne. La investigación multidisciplinar busca saber cómo era el modo de vida del vecindario de la Ciudad Vieja.