Detenido después de asaltar a punta de cuchillo una farmacia

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Es el segundo atraco en 15 días frustrado por los agentes de barrio

06 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado frustran de nuevo un asalto a un negocio coruñés, como ocurrió el pasado 22 de octubre cuando lograron interceptar a los ladrones de la joyería Calvo, en Rúa Nueva. Fue en la mañana ayer y, una vez más, detrás del aborto del robo está la colaboración ciudadana y la actuación de varios agentes de la Policía Local de A Coruña.

El asalto comenzó sobre las 10.15 horas cuando el coruñés Miguel G.E., de 34 años y vecino del barrio de los Mallos, entró en la farmacia Arias ubicada en el número 50 de la calle Rodrigo A. de Santiago, frente a la estatua de Pucho Boedo. En el interior estaban la farmacéutica, la auxiliar y la señora de la limpieza.

A esa hora entró un hombre en la botica y sacó un cuchillo del bolsillo. «Dinero, dinero, darme el dinero», les dijo, contó una de las tres mujeres. Una de las farmacéuticas fue a la caja y le dio 20 euros. Al ladrón le pareció poco. «El dinero, todo el dinero, todo lo que hay en la caja», le pidió. Y ya no espero. «Se metió por dentro del mostrador y cogió todo lo que había en la registradora, unos 150 euros», contó la misma fuente.

Cuando Miguel G.E. estaba amenazando a las mujeres de la farmacia Arias, llegó a la puerta una clienta. Pero ya no entró. Caminó unos pasos hasta un negocio anexo a la botica, «y me dijo que llamase a la policía, que estaban atracando a la farmacia con un cuchillo, y así lo hice», contó una testigo.

Una imagen por el móvil

El ladrón huyó a la carrera, pero el operativo policial ya estaba montado. Los agentes visualizaron las cámaras de seguridad de la farmacia, y aparecía Miguel G.E. sacando el cuchillo. La imagen fue remitida a través del móvil, lo que permitió localizar y detener al hombre en la confluencia de la ronda de Outeiro con San Luis. Dijo que el botín lo había escondido en un descampado y ahora lo busca el 092.