Una moto de agua siembra el pánico en la playa de Oza

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Un hombre tomó sin permiso la embarcación, del servicio de socorrismo, y se puso a navegar de forma temeraria

18 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Un hombre alteró totalmente la plácida tarde de ayer en la playa de Oza. Tomó sin permiso la moto de agua que usa el servicio de socorrismo para emergencias y, con el rizón y todo, se puso a navegar con ella sembrando la alarma entre los bañistas. Con la playa repleta de gente, entre la que había numerosos niños, el motorista no lo dudó y tomó la máquina para su disfrute.

Todo ocurrió poco después de las 16 horas. Según indicaron testigos presenciales, se trataba de un grupo de tres hombres de alrededor de treinta años que ya habían montado bronca previamente. Ni corto ni perezoso, uno de ellos se subió a la moto, la encendió y se echó a navegar. Primero frenó al ver la lancha neumática de un niño, pero luego volvió a acelerar y se perdió totalmente en el mar.

«A toda velocidad»

Unos minutos después retornó «a toda velocidad», dijo una persona que se encontraba nadando en esos momentos. La gente que se estaba bañando se asustó al ver los surcos que dejaba a su paso. Y durante varios minutos el personal de emergencias observaba atónito cómo transcurría la operación. «Iba mangado esquivando a la gente, de verdad que pudo pasar una desgracia», insistió el bañista.

En el arenal se indicó que en uno de los laterales de la playa estaba colocada una embarcación a modo de barrera. Pero el motorista seguía a lo suyo. Pronto la situación hizo que se trasladase la alarma y el miedo del agua a la arena. Con la mayor parte de la playa en pie observando la situación, los socorristas se fueron contra él en cuanto se detuvo.

«Le hacían gestos de si se había vuelto loco porque nadie daba crédito a lo que veía», explicó el mismo testigo. En la arena sus amigos le quitaban importancia a la peripecia, pero la Guardia Civil se personó en la playa e identificó al protagonista del suceso. Minutos después todo volvió a la normalidad en la arena.