El gobierno local estudia el reemplazo de 90 de las 416 espiras de la ciudad
09 nov 2012 . Actualizado a las 07:06 h.Noventa de las 416 espiras de tráfico distribuidas por toda la ciudad están averiadas, según un informe encargado al respecto por la concejala de Tráfico, Movilidad y Uso del espacio público, Begoña Freire. Esos sensores se colocan debajo del firme de la vía y detectan los cambios en el campo electromagnético que provocan los vehículos mecánicos cuando pasan por encima, lo que se utiliza para calcular la densidad del tráfico.
Freire afirma que gran parte de las espiras averiadas están así «por falta de coordinación del anterior gobierno». El informe afirma que se perdieron en obras o reparaciones en las vías en las que estaban colocadas. Eso ocurrió por ejemplo con varios de esos aparatos situados en General Sanjurjo, en Federico Tapia, o con las dos ubicadas en la rotonda de Salvador Madariaga, cuya reparación costará casi 1.500 euros.
En total, la reposición de todas las espiras perdidas por obras entre los años 2005 y 2010 costará algo más de «30.000 euros», según las conclusiones del documento encargado por Freire.
La concejala atribuye lo ocurrido a que el anterior gobierno «trabajaba en compartimentos estancos», lo que habría provocado «problemas de coordinación» entre los departamentos de «infraestructuras y tráfico». Eso ocasionó que las adjudicatarias hiciesen las obras sin conocer la posición de las espiras o sin que estuviese recogida su obligación de reinstalarlas.
Sustitución de los sensores
Freire subrayó que los detectores son «necesarios». La señal que envían llega en tiempo real a la sala de pantallas de la Policía Local, lo que facilita la regulación del tráfico. También son importantes para obtener datos que permitan planificar a medio y largo plazo la organización viaria de la ciudad.
La concejala explicó que su departamento está estudiando si volver a instalar aparatos similares o utilizar nuevas tecnologías, entre las que hay «muchas aplicaciones distintas» entre las que esperan encontrar «las que mejor se adapten a la ciudad».
El gobierno culpa de parte de las averías a la «falta de coordinación» del bipartito