Paco Herrera dice adiós al Celta entre lágrimas y sin reproches

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro LA VOZ / VIGO

GRADA DE RÍO

Herrera recibe el cariño del celtismo en su adiós
Herrera recibe el cariño del celtismo en su adiós Oscar Vázquez

«Soy un socio más del club a partir de ahora», dijo el exentrenador

19 feb 2013 . Actualizado a las 12:17 h.

Paco Herrera dijo que estaba llorando por dentro, pero acabó llorando por fuera en su despedida como técnico del Celta en una rueda de prensa en la que no admitió preguntas y en la que se dedicó a agradecer a todo el mundo la confianza despositada en él durante estos tres años. Aún así, el extremeño de adopción se mostró convencido de poder sacar el objetivo de la permanencia adelante: «Confío que el nuevo entrenador consiga lo que yo honestamente creo que iba a er capaz de conseguir, soy un socio más del Celta a partir de ahora y lo que el haga bien, será el bien de todos». «Al final los resultados son lo que me apean del Celta, pero me hubiera gustado pelear hasta el final. Soy un luchador y lo hubiera hecho hasta el último minuto del último partido, pero no ha sido posible por los resultados», ha indicado el técnico.

Paco Herrera enumeró uno por uno a los jugadores de cantera que ha sacado adelante en el Celta, y se paró como no podía ser de otra manera en Iago Aspas, con quien entró en conflicto tras su sustitución en Getafe: «De Iago, que ha crecido un montón, me siento parte importante de ese final que se prevé». «Es cierto que a veces, por sacar más rendimiento de algunos de mis jugadores, he podido meter la pata, pero siempre lo he hecho para sacar lo mejor de todos ellos. Me siento identificado con todos los jugadores de la casa porque he peleado por ellos y he visto que han tirado para adelante», declaró el ex del Celta.

Paco Herrera exculpó en la despedida la ausencia del presidente Carlos Mouriño, que a esa hora viajaba hacia Galicia por carretera en compañía de Abel Resino. Herrera también se ha acordado de su familia porque «desde la distancia ha tenido una fuerza tremenda para apoyarme en estos momentos difíciles», así como de los aficionados y de sus jugadores. Por el momento, durante un mes, el técnico extremeño seguirá viviendo en Vigo. «Han sido tres años y no me puedo ir de repente, sino poco a poco». Se queda como un socio más del Celta.