Francisco Porrúa Figueroa: juventud inicial, matrimonio y primer hijo

Luis Lamela CARBALLO / LA VOZ

CORCUBIÓN

Nació en Corcubión el 27 de marzo de 1886

31 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Porrúa Figueroa nació en Corcubión el 27 de marzo de 1886 y luego de cursar estudios en la escuela del maestro don Juan Díaz Fernández, comenzó su carrera a los 18 años en la Marina Mercante, embarcando el 23 de junio de 1904 por vez primera para navegar en el buque María Luisa, pisando la cubierta inestable del barco hasta que el 30 de octubre lo abandonó para enrolarse al mes siguiente, en noviembre de 1905, en la corbeta de guerra Nautilus, permaneciendo en ella hasta el 30 de abril de 1906.

Su vida se desarrolló, en aquel entonces, en un mundo de madera, lona, hierro y cáñamo, materiales entre los que sintió la respiración del mar y su bramido, presenciando la danza incesante de las olas, los rociones de espuma que saltaban sobre cubierta, respirando sus vapores salados. Recibido el título de Piloto de la Marina Mercante, Francisco embarcó en otros buques en un camino de doble dirección: mientras el barco iba, las aguas volvían en un mar libre de obstáculos, como si persiguiese a una ballena blanca. En 1912, dada la crisis europea, unos tiempos muy complicados y unas circunstancias históricas y políticas adversas con el asesinato de José Canalejas, atraído y deslumbrado por los elevados salarios que se pagaban al otro lado del océano, además del temor de que su mundo pudiera venirse abajo en una España poco halagüeña, decidió, después de haber recorrido mares y recogido vientos, embarcarse rumbo a la Argentina apoyado tal vez por algún conocido corcubionés residente en Buenos Aires.

En la emigración americana

Buscando el norte, Francisco encontró el sur. Aquella decisión le señaló el destino, quedando atrás su juventud y el pueblo de su niñez. Mientras gestionó la nacionalidad argentina, la matrícula y la convalidación de su título de piloto para poder embarcarse en aquel país, Francisco trabajó durante unos meses en la casa central del Banco de Galicia y Buenos Aires, circunstancia que nos podría llevar a identificar a su apoyo en aquella capital: el vicepresidente del banco y después filántropo, José Carrera Fábregas, o alguna otra persona de origen corcubionés cercana al mismo.

Una vez resueltos los problemas burocráticos, Francisco Porrúa embarcó en navíos de la empresa Delfino -después denominada Argentina, Compañía General de Navegación- y más adelante en el buque Asturiano de la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia, hasta que fue comisionado por la casa armadora para viajar en 1920 a Glasgow, en Escocia, en donde estaban construyendo un nuevo buque que se llamaría José Menéndez. Y, como la construcción se encontraba muy atrasada, llevó a que Francisco pudiese viajar a su tierra natal después de más de ocho años de ausencia.

Con 35 años de edad, pocos meses después de su arribada a Corcubión, el 27 de diciembre de 1921 contrajo matrimonio en la iglesia de San Marcos con Carmen Fernández y González de Lema, diez años más joven que él y un soplo de aire fresco en su vida, viviendo un momento singular al nacer su primer hijo el 7 de noviembre de 1922, también en Corcubión, bautizándole con el nombre de Francisco, el que, con el tiempo, sería el famoso editor de Cortázar y García Márquez. «No es una mala gestión. Fue a buscar un buque y regresó con esposa y un hijo», me confesó su hijo Jesús B. Porrúa Fernández, desde Argentina. Poco tiempo después del nacimiento, a principios de 1923, Francisco Porrúa Figueroa viajó otra vez a Glasgow para retirar el buque José Menéndez, regresando con él a la Argentina y dejando en Corcubión a su esposa e hijo.