Una experiencia de lujo en la Costa da Morte

C. Viu

CABANA DE BERGANTIÑOS

Los responsables de A Mundiña y O Baladiño hicieron un gran trabajo conjunto.
Los responsables de A Mundiña y O Baladiño hicieron un gran trabajo conjunto. josé manuel casal< / span>

Una veintena de personas, la mayoría residentes en A Coruña y clientes VIP de la joyería Calvo, fueron invitadas con motivo del 75 aniversario de la colección Portugieser a disfrutar del estuario del Anllons y de una carpintería de ribeira

09 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El experimento resultó ser un éxito quizá porque es un lujo tener un reloj IWC Schaffhausen, pero lo es más disfrutar del estuario del Anllóns, del ambiente de un taller de carpintería de ribera y de los berberechos de la ensenada casi tal como salen del mar. Una veintena de personas, la mayoría residentes en A Coruña y clientes VIP de la joyería Calvo fueron invitadas con motivo del 75 aniversario de la colección Portugieser. Prendados quedaron de la vista desde el astillero O Baladiño, que regenta Martín Senande junto a su esposa Pura Ribeiro. Otra pareja de la zona, de Ponteceso, Silvia Facal y Rafael Varela, cabanés, del restaurante A Mundiña, se ocuparon de dar a conocer a los invitados las joyas gastronómicas de la zona, a la altura de las que venden en el establecimiento comercial coruñés.

Paradójicamente, Silvia y Rafael pudieron desplazarse a Cabana porque en el local de la calle de A Estrela, en A Coruña, quedaba Álvaro Ameijenda, el otro socio, que es precisamente de Neaño y que ayer no pudo disfrutar de un paisaje que conoce muy bien y que entusiasmó a todos los asistentes al acto.

La comida se abrió con ostras, el único marisco que no esa de la zona, almeja en sartén con ajo y perejil y berberechos al vapor y crudos (entusiasmaron). Después hubo salpicón de bogavante y la lubina Costa da Morte con percebe, que el día anterior degustó el rey en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre.

La jornada se cerró con el espectáculo que proporciona la marea. Si hubiera estado preparado tanto el día soleado, como la hora de la bajamar, probablemente no había salido mejor. A muchos les han quedado ganas de repetir la experiencia.