«Pastora» es la reina de las rubias

MARTA LÓPEZ, S.G. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ejemplares de rubia gallega en una explotación de Ponteceso.
Ejemplares de rubia gallega en una explotación de Ponteceso. J. M. CASAL< / span>

Los ganaderos de la comarca han agudizado su ingenio a la hora de bautizar a las reses, aunque los nombres tradicionales siguen triunfando

25 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Rubias, Morenas, Dulces, Preciosas, Reinas, Marquesas, Bonitas, Lindas... No hablamos de piropos, sino de como los ganaderos gallegos bautizan cariñosamente a sus ejemplares de rubia gallega. Pese a que los nombres tradicionales siguen triunfando entre los granjeros, en algunos casos el afán de originalidad ha dado lugar a apelativos tan singulares como Mamarruchi, Sabinika, Chentolina, Iraquia, Macoqui o Mojela. Aunque la reina indiscutible de la rubia, es Pastora, y así lo corroboran las casi dos decenas de ejemplares que responden a ese nombre en la zona.

La singularidad de los apelativos con los que los ganaderos muxiáns han bautizado a sus reses es reseñable. Hay una vaca que se llama Sin Nombre y otra, Setemeses; hay una Gaiteira, una Mariñeira y una Pirata. Por otro lado, los tradicionales nombres de mujer, como Carmiña, Manuela, Margarita, Carolina, Paloma o Rosa nunca fallan y se dejan ver en muchos establos.

Entre la gama de Roxas, Rubias, Louras, Morenas, Moritas y Marelas hay también espacio para una Turquesa, una Esmeralda y una docena de Blancas que se reparten, en su mayoría, por el ayuntamiento de Muxía.

El pedigrí de los animales no solo va impreso en la genética, también sus nombres dejan entrever la realeza de los ejemplares: hay Marquesas, Reinas, Duquesas, Princesas e incluso una Sofía y una Letizia. Y es que las celebridades sirven también de inspiración cuando el santoral se queda corto: Chenoas, Panoramas, Pantojas o Shakiras que conviven con toros Cristianos o Gayosos.

Por lo general, proliferan los apelativos cariñosos en las granjas de la comarca. Hay Pitufas Guapas, Bonitas, Lindas, Mimosas, Preciosas, Mansas, Cucas, Gallardas, Maravillosas y hasta Presumidas. Aunque hay también una Furia en Muxía, una Borraya en Zas y una Atordada en Mazaricos.

La flora y la fauna proporciona un amplio abanico de apelativos con los que bautizar a la rubia gallega. Vive una Anduriña en Cabana de Bergantiños, un Águila en Dumbría, una Bellota en A Laracha, una Castaña y una Rana en Zas, una Cotorra en Muxía y una Mona en Malpica. Hay también una docena de Palomas, Parrulas y Rulas. Las Margaritas, Cornetas, Rosas y Violetas completan el catálogo.

Los gentilicios son también un buen recurso dentro de la onomástica vacuna. Las Gallegas triunfan en las granjas de la comarca; aunque conviven en perfecta armonía con Cubanas, Laxeiras, Fillas de Serantes, Luguesas y Luguesiñas. Fuera de los límites de la Costa da Morte, hay también Portuguesas, Francesas, Inglesas, Alemanas, Canarias, Sevillanas y Madrileñas, aunque las Turcas se llevan la palma (hasta 71 ejemplares se llaman así en toda Galicia).

En la Costa da Morte hay un total de 414 rubias gallegas registrada que cuenten con un nombre que las identifique. Muxía, con 151 reses, es el concello más prolífico. Le siguen Zas, Malpica y Coristanco, aunque con una población bovina mucho menor. También Mazaricos, que tiene en la ganadería uno de sus ejes económicos más importantes, cuenta con casi un centenar de ejemplares de «vacas do país». Entre ellas hay dos machos registrados: Xacobe y Rubio, los únicos de la zona junto con Torto, en el concello de Zas.