Exculpan al detenido por la muerte de una octogenaria de Ponteceso

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

Vecinos y Guardia Civil en la casa de Pazos de Abaixo, a pocos metros donde apareció el cadáver.
Vecinos y Guardia Civil en la casa de Pazos de Abaixo, a pocos metros donde apareció el cadáver. ana < / span>garcía< / span>

José Rojo no tuvo relación con el fallecimiento de Carmen Romay en el 2012

12 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos años y medio después de los hechos, el pontecesán José Rojo Pérez ha quedado desvinculado judicialmente del caso abierto por la muerte de su vecina Carmen Romay Novo, de 86 años, ocurrido en abril del 2012 en una finca de la localidad de Pazos de la que ambos eran vecinos.

Rojo Pérez fue una de las últimas personas que vio con vida a la mujer y también quien localizó el cadáver a la mañana siguiente del fallecimiento, pero, tal como habían indicado antes otras instancias judiciales, ahora la Audiencia Provincial de A Coruña determina que no existen indicio o prueba alguna que lo relacione con lo sucedido.

Lo que sí demuestran las investigaciones policiales, forenses y de los juzgados es Romay Novo murió debido a «un politraumatismo que le produjo múltiples y graves lesiones» compatibles «con un aplastamiento por objeto muy pesado» en el lado derecho de su cuerpo.

El único detenido por aquellos hechos estuvo arando una finca propiedad de la víctima, mientras esta se encontraba en ella recogiendo tierra para un huerto de lechugas y las lesiones que provocaron el fallecimiento eran compatibles con un atropello de vehículo agrícola, de ahí que la Guardia Civil apuntase una posible relación entre ambos hechos. Sobre todo porque algunos testigos declararon que el tractor estuvo parado en la parcela unos 45 minutos, tiempo suficiente para desplazar el cadáver desde ese lugar al punto en el que fue hallado en otro terreno próximo. Además, el informe policial destaca el hecho de que fuese él quien localizó el cuerpo, que la descripción de la situación en la que se encontraba no coincidiese plenamente con las fotografías tomadas durante el levantamiento y que solicitase la compañía de otro vecino para acercarse al lugar porque tenía miedo que le culpasen a él.

Sin embargo, otros vecinos llamados a testificar aseguraron haber visto con vida a Carmen a las 20.30 horas, mucho después de que José Rojo abandonase la parcela con su tractor.

Además, los análisis científicos incluidos en el informe forense, así como las pruebas de ADN determinan que los únicos marcadores biológicos hallados son los de la propia víctima.

Desvinculado

De hecho, la analítica de fibras, que tantas pistas proporciona en muchos casos de homicidio, también descarta que exista correspondencia alguna con la cincha que el vehículo agrícola llevaba atada en su parte delantera y que, en caso de atropello frontal, con toda probabilidad debería haber rozado el cuerpo de la octogenaria. Por todo ello, Rojo Pérez, que en el momento de los hechos tenía 68 años, queda definitivamente desvinculado de este asunto ya que, como dicen los magistrados de la Audiencia, «no existen indicios suficientes de que los hechos hayan sido debido a una actuación dolosa, ni se aprecian motivos suficientes que justifiquen su participación en los mismos». De ahí que decretasen el sobreseimiento de las actuaciones.

Lo cuál no implica que el asunto haya quedado resuelto, porque si bien están perfectamente definidos las causas de la muerte, no ocurre lo mismo con las circunstancias en las que se produjo y falta por determinar cuál fue el «objeto muy pesado» que dio lugar al aplastamiento y si medió en él una tercera persona.