Parte de la estructura de madera para la cubierta del santuario ya es muy visible
21 ago 2014 . Actualizado a las 17:48 h.El olor a humo y a hollín ya no golpeó ayer en la nariz a quienes entraron en el santuario da Virxe da Barca, en Muxía. Dentro, y tras un trabajo muy minucioso, el proceso de limpieza de los muros, ennegrecidos hasta hace poco a causa del incendio que arrasó el templo el 25 de diciembre, han terminado. Ahora, se acomete la fase de enlucido. Carmen García, de K2C Arquitectas, y Francisco Javier López, aparejador, guiaron ayer una visita por el interior de la basílica, al igual que habían hecho hace dos meses y once días, cuando empezaba la instalación de los andamios para acometer esta limpieza, es decir, cuando Cabero Edificaciones S.?L, empresa a la que se adjudicaron los trabajos, desembarcaba en Muxía, después de los correspondientes trámites y gestiones previas al inicio de la obra.
El santuario está forrado de andamios, tanto por dentro como por fuera, pero las curas avanzan. Ahora, de hecho, comienza una etapa mucho más visible, porque ya el martes por la tarde arrancó el montaje de la estructura de madera para la cubierta. Menos de 24 horas después, ayer por la mañana, esta obra ya era muy visible. En la zona de la nave principal se usará madera laminada de abeto, explicó García. No se verá desde abajo, porque estará la bóveda, como sí ocurrirá en el caso de la madera de la zona de sacristía, que será castaño. La estructura básica para la cubierta estará completada en unos quince días, pero después se instalará otra de correas y pontones, además de un tablero. A continuación, irán los sedimentos para fijar la pizarra. Por tanto, todo el proceso del tejado llevará aproximadamente un mes.
Ayer, en Muxía, también hay representantes de Sabia Conservación y restauración, la firma que se encargará de la rehabilitación de los retablos. Según explicó la arquitecta ya en su momento y reiteró ayer, su trabajo arrancará una vez que todo el interior quede limpio, sin riesgo de polvo alguno que pueda perjudicar su labor. Esto ocurrirá, aproximadamente, en unos quince días, de modo que los restauradores iniciarán en septiembre la primera fase de su tarea, que será la actuación en los retablos de madera, afectados por el fuego, pero recuperables. No ocurrió así con el retablo mayor, único y de una calidad excepcional, del que no se conserva nada. Sí será posible recuperar los demás, primero con la limpieza del ahumado y, después, con la intervención en los colores, virados por el calor del incendio. La tarea será minuciosa, pero aún se requerirá más esfuerzo en las tallas (los ángeles, por ejemplo), puesto que el fuego ha sido muy incisivo en los múltiples elementos que poseen. Permanecen en Valladolid -donde tiene su sede Cabero Edificaciones-, en taller, y en fase de diagnóstico.
Los vecinos de Muxía -muchos acuden a la zona todos los días-respiran más tranquilos viendo ya una estructura de madera previa a la colocación de la cubierta de pizarra. Ven avanzar las obras en su santuario, porque las del interior eran más calladas. No será posible acceder al templo para la romería de septiembre, pero sí -y para eso se colocó la grúa estratégicamente- celebrar la misa fuera, como todos los años. Los trabajos acabarán, por completo, en diciembre.