La huella del camión sigue visible en Regoelle un mes después

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

El camión empotrado contra la estructura.
El camión empotrado contra la estructura. diario camariñán< / span>

El seguro aún no ha reparado los daños del choque contra una vivienda

26 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El pasado viernes se cumplió un mes desde que una familia de Regoelle, en la parroquia dumbriesa de Olveira, se llevase un gran susto al ver como un camión de transporte de pescado impactaba contra uno de los accesos a su vivienda. Pasado todo este tiempo, siguen conviviendo con los puntales y están a la espera de que la compañía de seguros del vehículo les dé soluciones.

Según explica Antonio Oreiro, hijo de los propietarios, que además es especialista en estructuras de hormigón y trabaja construyendo viaductos, no existe riesgo de que la casa se desplome ni nada parecido pero sí diversos peligros asociados a estas deficiencias.

El impacto destruyó prácticamente por completo un pilar del que quedaron a la vista las varillas de hierro al saltar el hormigón. Esta columna sustenta una placa que está pegada a la vivienda y que ahora se mantiene sobre los puntales de obra que colocaron.

Pese a que él se encargó de instalar algunos paneles de manera provisional para que ejerciesen de cierra, el recinto, al serle derriba parte de la pared, está abierto y muy próximo a una carretera que además es conocida por su alta siniestralidad.

«O peor de todo non é iso, senón que neste sitio é onde os rapaces normalmente esperan o autobús para ir á escola», señala Oreiro, que teme que alguno de los pequeños se pueda exponer a peligros innecesarios que podrían quedar solventados con una obra sencilla.

El problema es que los trámites burocráticos se están prolongando mucho más de lo deseable y lo que se prometía como una actuación casi inmediata no para de postergarse.

«Primeiro ía ser unha semana, despois outra e despois a seguinte», se queja el afectado, que incluso se plantea la opción de acudir a los tribunales porque considera que la compañía se está riendo de sus padres que, son personas mayores.

«Agora mesmo estou eu na casa pero calquera día marcho para traballar e a eles engánanos porque lles falan con moi boas palabras pero non resolven nada», concluye Oreiro, que no entiende como la compañía con la que el transportista tiene contratado su seguro tarda tanto en hacerse cargo de una cuestión que entra dentro de las coberturas habituales.

Un ejemplo recurrente

Lejos de tratarse de un caso aislado, este de Regoelle tiene numerosos precedentes en la zona. Aunque hay ejemplos en el sentido contrario de diligencia y pronta actuación de las compañías, los afectados soportan esperas que, en muchas casos, superan lo racionalmente aceptable.

Lo saben bien los vecinos de Entrecruces, que llevan años lidiando casi de manera semanal con siniestros de tráfico que afectan a sus cierres y a las propias viviendas. Las aseguradoras implicadas acaban por repararle los daños e incluso abonar barandillas de protección pero, para ello, en ocasiones hay que esperar meses con vallas y otros métodos con los tapar los agujeros provocados.