El rechazo vecinal no frena la obra de la playa de Corcubión

Eduardo Eiroa Millares
e. eiroa CEE / LA VOZ

CARBALLO

MILLARES

Una empresa recibirá 75.000 euros de Tragsa por los trabajos

29 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El proyecto de regeneración de la playa de Corcubión no está muerto, ni mucho menos. Tragsa adjudicó hace unos días el transporte de los áridos el nuevo arenal, situado en la fachada marítima del casco urbano de la localidad.

Ese transporte salió a licitación con un precio de 124.000 euros. Finalmente, el concurso lo ganó una empresa, Asvetrans, que percibirá 78.000 euros por esa actuación, consiste en el llenado del frente marítimo con arena para la creación de una nueva playa que recorrerá el borde litoral desde la altura de la plaza de Castelao hasta Santa Isabel.

Hace unos días el pleno de Corcubión se negó por segunda vez -la primera fue en el 2008- a permitir que se haga esa obra en el municipio. Por el momento se ve que la negativa de la mayoría de la corporación no ha servido para cambiar los planes de la empresa pública Tragsa, que ya tiene en marcha la maquinaria para ejecutar la nueva playa.

Falta por concretar, eso sí, la compra de la arena, pero a quien se dedicará a transportarla solo le falta firmar el correspondiente contrato con la compañía pública.

El alcalde había defendido en el último pleno el proyecto de regeneración del arenal, pero también apuntó entonces que en las actuales circunstancias, con el PP en el poder, no confiaba en que finalmente se llevara a cabo.

Otras fuentes cercanas al proyecto insistían no hace mucho en que la playa de Corcubión nunca se llevaría a cabo. Sin embargo, el proceso administrativo sigue su trámite y no parece que se vaya a detener.

Si nada cambia, el frente de Corcubión pronto cambiará su estética, ganando una nueva playa compuesta por unas 80.000 toneladas de arena de caolín, la misma empleada en su día en la creación de la vecina playa de A Concha, en Cee, e idéntica a la que se empleó en el Orzán, en A Coruña.

La mayoría del pleno, sumando los votos de PP y BNG, rechazó esa propuesta. Los dos partidos han dicho por activa y por pasiva que no querían esa obra. También un número significativo de vecinos se manifestó contra ese plan mediante una recogida de firmas con 700 nombres impulsada por el Colectivo en Defensa da Ría, documento al que resta valor el gobierno local.

Los argumentos sobre el impacto ecológico de la nueva arena y sobre el cambio estético que supondrá no han servido para variar la opinión del alcalde, que cree que servirá para mejorar los servicios turísticos.