Más de dos mil barbanzanos viven con menos de 400 euros al mes

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. ALVITE RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MÓNICA FERREIRÓS

Son perceptores de rentas de integración social y pensiones no contributivas

27 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de que el salario mínimo interprofesional asciende a algo más de 700 euros y que la pensión media en la zona se sitúa en el entorno de los 630 euros mensuales, lo cierto es que existe un número importante de barbanzanos que se ven obligados a subsistir con bastante menos de estas cantidades. En concreto, con menos de 400 euros al mes. Son, como poco, dos mil las personas que se encuentran en esta situación, siendo sus únicos ingresos aquellos que provienen de la percepción de la Risga (Renta de Integración Social de Galicia), de una ayuda por emergencia social o de una pensión no contributiva, bien sea por jubilación o por invalidez.

Esto supone que su nivel de ingresos no solamente no supera, de media, los 400 euros mensuales, sino que incluso llega a quedarse por debajo de esta cantidad en el caso de aquellos perceptores de pensiones no contributivas que viven sin familiares a su cargo. De hecho, la cuantía establecida durante el presente ejercicio para este tipo de prestaciones a las que tienen derecho aquellas personas que se encuentren en situación de jubilación o invalidez y que no hayan cotizado lo suficiente para poder tener derecho a la pensión común, se establece en 5.165 euros anuales o, lo que es lo mismo, un importe mensual -son 14 pagas- de 368,90 euros, cantidad esta que incluso puede llegar a reducirse en 55 euros en el caso de existir otro beneficiario conviviendo en el mismo hogar.

Sucede justamente lo contrario con la Risga, cuyo importe mínimo se sitúa también en el entorno de los 400 euros mensuales, pero que puede aumentar hasta los 650 euros en función del número de personas que el beneficiario tenga a su cargo e incluso alcanzar los 720 si alguna de estas es un menor de edad. En cualquier caso, esta prestación autonómica tiene carácter periódico y está destinada únicamente a garantizar recursos económicos de subsistencia a quien carezca de ellos, mediante un proyecto personalizado de inserción social y laboral.

Según los últimos datos publicados por la Consellería de Política Social, en las comarcas de Barbanza, Muros y Noia existen un total de 110 personas que se encuentran percibiendo la Risga, mientras que el número de beneficiarios de pensiones no contributivas se dispara por encima de los dos millares, siendo 1.383 de jubilación y 621 de invalidez.

Menos que hace diez años

Paradójicamente, este número es sensiblemente inferior al que se registraba hace, por ejemplo, una década. Por aquel entonces, la cantidad de pensiones no contributivas que se cobraban en territorio barbanzano superaba ampliamente las tres mil.

Por el contrario, los beneficiarios de la Risga en la zona se han duplicado durante el mismo período de tiempo, lo que ha sido debido, principalmente, al incremento de la exclusión social a raíz de la crisis económica iniciada en 2008.

Del desglose municipal de los datos actuales, sorprende la realidad de Outes que, a pesar de disponer de mucha menor población, tiene un número de pensionistas que no han cotizado -algo más de dos centenares en total- similar al que registra Boiro o Noia. Ribeira encabeza la relación, con 382, la inmensa mayoría concedidas por jubilación. En el lugar contrario se encuentran Carnota y Lousame, que cuentan únicamente con 80 beneficiarios de este tipo de prestaciones.

La pobreza

Ya pueden decir que la economía va bien, que España es jauja y bla, bla, bla... que mientras no nos tapen los ojos seguiremos viendo la pobreza en la casa de al lado, bajo los cartones del cajero automático, en la chabola del monte cercano e, incluso, en la vecina que subsiste con una mísera pensión que no le llega ni para cubrir sus necesidades básicas. Y lo peor es que, por encima, se ha dado barra libre a los suministradores.

Las pensiones más altas se cobran en A Pobra, y las más bajas, en Mazaricos

Si bien el importe de las no contributivas es idéntico independientemente del lugar en el que resida el beneficiario, en el resto de pensiones sí varía sustancialmente de un municipio a otro. La razón no es otra que las diferentes bases de cotización a las que, en su día, tuvieron que hacer frente los trabajadores. Estas dependían de la actividad que se desarrollase, circunstancia, lógicamente, vinculada al territorio.

Es por esto que A Pobra, con una importante industria conservera y marinos mercantes, tiene las pensiones más altas de la zona -la media mensual se sitúa en 906 euros- y Mazaricos, donde el sector agroganadero es mayoritario -las bases de cotización en el régimen especial agrario eran relativamente bajas- se sitúa en el lado contrario con un promedio de tan solo 621 euros al mes.

En Noia o Ribeira, esta media se encuentra en 860 euros, 70 euros más de la que perciben los pensionistas de Muros, Boiro o Porto do Son y hasta 100 euros por encima de la percepción media de Carnota y Lousame.