Las otras Navidades en la comarca

BARBANZA

02 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó el mes tan esperado y denostado. Diciembre está aquí. Con sus cosas buenas y malas. Para muchos es la tabla de salvación para sus economías pero para otros es una tortura para los bolsillos. Para bien o para mal la Navidad ya asoma por la puerta.

Dos de los sectores más importantes de la comarca en lo que a ingresos se refiere, el comercio y el marisqueo, no llegaron precisamente en las mejores condiciones a estas fechas. Más de 1.500 productores de la ría de Muros-Noia se vieron obligados a guardar sus rastros por la maldita toxina. El cierre de los arenales está provocando cuantiosas pérdidas en un colectivo que entre octubre y diciembre hacía sus mayores ingresos. Esta campaña hay desolación y mucha preocupación. Además de la prohibición de bajar a los arenales el precio del berberecho tampoco está para tirar cohetes. Serán unas Navidades extrañas para el principal motor económico de la comarca noiesa pues sus ingresos se han encogido de forma considerable con respecto a años anteriores.

Otro de los colectivos que tampoco está atravesando su mejor momento es el comercio. Las restricciones de ayudas oficiales se están dejando notar en un sector que se las tiene que ingeniar para salir adelante. Quien no se acuerda de aquellas espectaculares campañas de la Federación de Empresarios do Barbanza cuyo lema era Merca no teu concello. Calles ambientadas y atractivos regalos invitaban a quedarse en la zona a hacer las compras. La pelea con las grandes áreas comerciales era a cara descubierta. Sugestivas y atractivas campañas hacían frente a esas áreas de otras zonas que invertían importantes cantidades de dinero en llevarse a los compradores hacia su terreno.

La situación dio un giro de 180 grados. Las patronales se las ven y desean para poner en marcha actuaciones para evitar la fuga de capitales a otras zonas. La falta de apoyos provocó que las iniciativas se reduzcan de forma considerable. Los responsables de las asociaciones se las ingenian para intentar hacer unas promociones lo más dignas y atractivas para los vecinos. La FEB, después de muchos años, dejó de organizar la actividad más importante del año. Una vez más, la falta de dinero provocó que las patronales queden fuera de paraguas protector y tan solo sean las más fuertes las que puedan hacer algo para evitar la fuga de clientes.

Los municipios más pequeños sufrirán las consecuencias de esta situación y sus comerciantes tendrán que ver como por delante de sus negocios pasan los coches con vecinos que se dirigen a otros lugares donde los reclamos son más atractivos. Las Navidades en la comarca, efectivamente, han cambiado.