El paro del cerco por e reparto de la xarda deja en tierra a 200 marineros en Portosín

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Los armadores, en la reunión en la que decidieron amarrar.
Los armadores, en la reunión en la que decidieron amarrar. marcos < / span>creo < / span>

01 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los armadores del cerco de Portosín decidieron anteayer en asamblea parar la flota, al igual que el grueso del sector en Galicia, para protestar por el borrador del reparto de la xarda y el jurel entre las comunidades autónomas del Cantábrico. En el caso de Portosín, esta movilización implica que se queden en tierra alrededor de 200 personas, que son las que habitualmente trabajan en los 22 barcos del cerco de la localidad. Hay marineros de concellos cercanos y también extranjeros.

En Portosín, que amarre el cerco es prácticamente sinónimo de que se paralice toda la actividad portuaria. Y que, por supuesto, la lonja se quede sin subastas. Al hablar con los armadores, indican que tomar esta medida, la de paralizar su trabajo, implica perder unos 3.000 euros por semana. Pero que es necesario llevarla a cabo porque de confirmarse el reparto para la xarda la supervivencia del cerco gallego estaría seriamente comprometida.

Al poco de empezar

El cerco sonense ya estuvo parado en diciembre. Pero por otros motivos. La flota amarró tanto por el mal tiempo como para llevar los barcos al carro y hacer las reparaciones pertinentes. La mayoría de las naves retomaron la actividad a mediados de este mismo mes. Se estaban dedicando a coger jurel y sargo en la zona que va desde Corrubedo hasta Fisterra. Pero las cosas empezaron a torcerse cuando se hizo público el borrador de la xarda. En los primeros encuentros se apostó por aplazar las movilizaciones para darle una oportunidad al diálogo, pero finalmente se optó por amarrar para hacer más presión.

En Ribeira no se sumaron

En la comarca barbanzana, el muelle del cerco por excelencia es Portosín. Pero también hay barcos de este arte en Ribeira. Su representante, Francisco Ayaso, indicó que no se sumaron a la movilización. Pero la actividad del cerco en Ribeira también está prácticamente parada por culpa del mal tiempo, la escasez de cuotas de algunas especies y el hecho de que algún barco aún no haya retornado a la actividad después de la parada tradicional de finales de año.

La situación crítica del cerco y sobre todo el mal tiempo están teniendo un reflejo claro en las subastas de la rula más importante de la comarca, la de Ribeira. Desde principios de año hasta finales de enero del 2013, la lonja facturó unos 2,5 millones. Este año, la cantidad está unos 600.000 euros por debajo.