Los alumnos del centro escolar crearon su propio mundo marino con la colaboración de sus familias
17 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los alumnos del CEIP de Rubiáns vuelven a sacar su arte y su maña a relucir. A los botes de pintura transformados en macetas, los juguetes hechos con latas de conserva y las casitas de pájaro, este año se suman los acuarios. Como parte del proyecto Mar de Sabela, en referencia a la ardilla que ejerce de mascota de la biblioteca, los estudiantes del centro volvieron a aliarse con los materiales reciclados, dieron rienda suelta a su imaginación, y los transformaron en acuarios. De todas las formas y para todos los gustos, los alumnos, en compañía de sus familias, demostraron que con una simple botella de agua de cinco litros vacía se pueden hacer verdaderas virguerías. Se trata, nuevamente, de un certamen familiar, en el que los alumnos trabajan codo a codo con sus padres.
A esta tarea en familia, se sumaron 52 participantes. El primer paso, relatan varios de los pequeños, fue recoger los materiales necesarios para llevar a cabo el acuario. «Fui con mi padre a las playa de Las Sinas para recoger la arena. De la de A Illa trajimos las conchas», explica Nicolás Carro, de cuarto de Primaria. También acudió a la playa Paulo Abella, del mismo curso. En su caso, se llevaron para casa una caja blanca que encontraron tirada. «Forramos el fondo con cartón y cartulina», señala orgulloso. Los animales marinos los hizo al tiempo que aprendía papiroflexia. Pero, no solo eso. «Con un palillo de las bateas y pasta de modelar hicimos la estrella de mar», indica. En ese dominio de crear criaturas marinas tampoco se queda atrás Elena Naya, de segundo de Primaria. Explica con detalles su obra. «Las medusas las hice con conchas y silicona, los peces con goma EVA o con la técnica de papiroflexia que aprendimos en clase de plástica, los corales con sal y las anémonas con plastilina», enumera.
Tan llamativo como el interior de los acuarios es su estructura, todas hechas con materiales reciclados y con aspectos muy diferentes. Mientras que Marcos Trenta fue a la fábrica de su madre para coger un bidón acabado, al que le hizo una abertura a la mitad para que se vean, por ejemplo, las medusas hechas con el envoltorio de una magdalena, Candela Torres, de segundo de Primaria, y su hermano Álvaro, de cuatro años, utilizaron una botella de agua partida a la mitad. Guadalupe Aido vació con su padre un ordenador. Después decoraron su interior. Hubo también quién utilizó una caja de brécol o de bastones para las orejas, el más pequeño de todos los acuarios.
La actividad forma parte de las iniciativas llevadas a cabo por el centro para potenciar el respeto del medio ambiente y del reciclaje. Además de las patrullas verdes y diversas salidas vinculadas con el respeto a la naturaleza, dedicarán cada uno de los trimestres del curso a tratar ciertos temas: peces de la ría, mariscadoras y limpieza de residuos y playas. «Aprender con actividades y salidas es más divertido. Lo entendemos mejor», señalan sonrientes Sheila Souto y Andrea Patiño, de quinto de primaria.
concurso
Al igual que ocurrió el año pasado, los acuarios pasarán de mostrarse en el colegio a hacerlo en el Centro Comercial Arousa. Estarán allí desde el 22 de este mes al mismo día de enero. Su exhibición es parte de un concurso en el que habrá tres ganadores, que se llevarán como premio un vale por 25 euros para canjear en cualquier tienda del centro comercial. Las votaciones, explica la organización, se llevarán a cabo a través de Facebook. «En esta ocasión se elegirá una única opción», relatan. El año pasado se seleccionaron tres porque el número de creaciones fue mayor: cerca de cien casas de pájaros, que fueron vistas en la red social por unas 15.000 personas. Entre los que voten se repartirán otros tres vales de 25 euros.