Al galope de Castroagudín a Fexdega

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Los caballos atrapados en el monte son ahora la atracción del recinto ferial

21 sep 2014 . Actualizado a las 04:56 h.

Se les veía ayer felices en Fexdega, descansando de los sustos que se llevaron en los últimos días. Porque daba pena el jueves ver a los caballos que atraparon los vecinos de Castroagudín encerrados en un foso y amedrentados tras la batida organizada en la aldea para impedir que se siguieran comiendo el maíz de sus fincas. Buena parte de la manada pudo huir del lazo de los lugareños, pero tres no lo lograron y perdieron la libertad.

La primera noche la pasaron en la escuela unitaria de Castroagudín, con los vecinos haciendo guardia nocturna por si a la manada le daba por acercarse. Pero no fue así, y como el lugar no reunía las condiciones para cuidarlos, ayer fueron trasladados a Fexdega, en cuyo recinto se improvisó un cierre para guardarlos. Y daba gusto verlos, porque no paraban de comer. Se ve que el césped del recinto ferial es más fresco y sabroso que los matojos de los que se tenían que alimentar en el monte y que los empujaba a arriesgarse y bajar a la aldea para zamparse los brotes de maíz de las fincas.

A lo largo del fin de semana, serán la atracción del recinto. Ya ayer fueron muchos los vecinos que se acercaron a verlos y saludarlos, porque lo que se dice salvajes, no lo parecían, lo que corrobora la tesis de algunos vecinos de Castroagudín que decían que sus dueños habían comprado, en realidad, reses domésticas, porque de otra manera no se atreverían a acercarse a la aldea. Hoy, cuando se corra la voz, seguramente serán la diversión de todos los que acudan en el pabellón a las actividades de la Semana da Mobilidade. Y quien quiera verlos que apure, porque luego se los llevarán para un centro específico para equinos que tiene Medio Rural.

La semana que viene habrá más batidas para localizar a los demás caballos, aunque como no volvieron a ser vistos, los vecinos se temen que sus dueños los hayan trasladado a otros lugares para impedir así que les echen el lazo.

Los vecinos creen que a los demás equinos los cambiaron de lugar sus dueños