Acepta que el cierre provoca al dueño «daños de imposible reparación»
06 mar 2014 . Actualizado a las 06:52 h.Culler de Pau ya puede reabrir sus puertas. El juzgado de lo Contencioso Administrativo de Pontevedra ha estimado el recurso de reposición presentado por sus propietarios en el que pedían que se suspendiese la orden de paralización de actividad decretada por el Concello. Para ello, el tribunal ha tenido en cuenta que el cierre del local estaba causando serios perjuicios al mismo y que su reapertura no iba a causar daño al interés general. «Estamos felices de volver a abrir», explicó ayer su propietario, el cocinero Javier Olleros. El restaurante, el único con estrella Michelin de la localidad, volverá a funcionar el próximo día 14.
Tres han sido los argumentos esgrimidos por Davandoira, empresa propietaria del restaurante, ante el juzgado. Primero sostiene que ya tiene una licencia de instalación, apertura y funcionamiento, concedida en febrero del pasado año. A continuación, alega que el cierre provoca daños «y perjuicios de imposible reparación, existiendo un riesgo cierto de ruina del negocio». Por último, argumenta que «la medida no perjudica al interés público ni a terceros». El Concello de O Grove, por su parte, sostiene que una sentencia ordena reponer la legalidad urbanística de este inmueble, lo que pasa por demoler parte del edificio y, por ello, «es desaconsejable mantenerlo abierto al público durante la ejecución de las obras».
Ante todos estos argumentos, el juzgado estima que el local contaba, por lo menos, con una licencia provisional en el momento en el que se decretó el cierre. Y que «la existencia de daños y perjuicios a la entidad por el cese de actividad resulta incontestable». Estos no son solo perjuicios económicos, «se trata de un negocio ya en marcha, por lo que ha de hablarse de perjuicio de difícil o imposible reparación», añade. También se provocan daños a terceros, «como son los trabajadores del establecimiento».
Orden impuesta
El titular de la sala reconoce que la clausura del local que ordenó el Concello «le venía impuesta por la LOUGA para cumplir con lo ordenado en sentencia judicial firme». Pero ello ha de servir para que la Administración local «actúe con la diligencia que es exigible a fin de concluir los expedientes citados y poder regularizar la situación y sin que, entretanto, se causen unos perjuicios irreparables tanto a la demandante como a terceros, ante la evidencia de que por parte de Davandoira se ha llevado a cabo los trámites hasta la fecha exigidos», argumenta.
La sentencia se hizo pública el lunes y, un día después, el Concello retiró el precinto que pesaba sobre este restaurante. Desde entonces, sus propietarios disponen ya de permiso para reabrir las puertas de este emblemático local.