El número de ayudas de emergencia social se ha triplicado en Arousa desde el 2008

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La tasa de riesgo de pobreza se multipica por dos y amenaza ya a una de cada cuatro familias

31 mar 2013 . Actualizado a las 06:58 h.

Hay muchas formas de ponerle números a la crisis generalizada que la voracidad financiera desató hace cinco años. Una de ellas consiste en atender a la evolución experimentada por el respaldo económico que la Administración debe o debería prestar a quienes ven cómo sus magros recursos se evaporan. En Galicia existen dos vías de apoyo. La renta de integración social (risga), que perciben alrededor de 5.400 personas y tiene un tope máximo de 665 euros, pudiendo compaginarse con trabajos ocasionales siempre que las retribuciones conjuntas no superen los 865 euros mensuales. Las ayudas de emergencia social, por otra parte, consisten en un pago único para el sostenimiento de necesidades básicas como la vivienda. Tanto en un caso como en el otro, los datos que arroja el territorio de Arousa son altamente preocupantes. Desde el el 2008, el número situaciones de emergencia se ha triplicado, pasando de 55 a 173 beneficiarios al cierre del 2012. En el mismo período, los beneficiarios del risga se han incrementado en un 72%, desde 148 a un total de 256 ciudadanos.

La demanda disparada en materia de asistencia social transcurre paralela al crecimiento que registran las cifras del paro en Arousa y la zona de Ulla-Umia. Entre el 2008 y el 2012, el desempleo experimenta un aumento del 81% en los trece municipios que componen ambas demarcaciones, para desembocar en los 16.286 parados que arroja el balance de febrero.

Esta secuencia resulta especialmente dramática en concellos como Meis y Meaño, en los que los porcentajes de crecimiento del paro se van al 135 % y al 132 %, respectivamente. Las cifras se duplican también, sobradamente, en Ribadumia, que alcanza un 113%, mientras que Portas, con un 99,4%, y Caldas, con un 93,7% rozan este registro. Igualmente importante, aunque menos acusada, se desvela la evolución del desempleo en A Illa de Arousa (un incremento del 68,9% en los últimos cinco años) y O Grove (63%) mientras Vilagarcía muestra una subida del 73,6%. Son, junto a Vilanova (71,7%) y Pontecesures (68,6%), los municipios de ambas comarcas que ofrecen los datos menos malos. Pírrico consuelo en un territorio en el que la falta de ocupación roza niveles difícilmente tolerables.

La actividad empresarial sigue una trayectoria a la baja semejante. Los últimos datos detallados que precisa el Instituto Galego de Estatística se refieren al ejercicio del 2011. Entonces, en Arousa funcionaban 8.532 empresas, 144 menos que en el 2008, el año en el que teóricamente se precipitó la crisis.

No parece que la información del 2012 vaya a mejorar nada. Todo lo contrario. Así, no es extraño que el seguimiento estadístico de la tasa de riesgo de pobreza a lo largo de los últimos años indique que el porcentaje de población afectada en Arousa por esta situación se haya duplicado desde el 2008, cuando alcanzaba al 12,2%, para tocar prácticamente a una de cada cuatro familias (23,71 %).