Luto en Foz por el fallecimiento a los 60 años de José Luis Val, apreciado carnicero y exjugador de baloncesto

I. D. R.

FOZ

José Luis Val, Kabuki, es el cuarto por la derecha, el hombre alto de un Celtas de Foz que competía en la tercera división en aquel curso 1984/1985.
José Luis Val, Kabuki, es el cuarto por la derecha, el hombre alto de un Celtas de Foz que competía en la tercera división en aquel curso 1984/1985. ARCHIVO DE ANTÓN NIÑE

También aficionado a la caza, militó en el Celtas y llegó a probar por el OAR Ferrol cuando competía en la élite

12 mar 2024 . Actualizado a las 13:38 h.

Foz llora la pérdida de un conocido y apreciado vecino. José Luis Val Martínez, heredero de una conocida saga de carniceros y exjugador de baloncesto, falleció este domingo a los 60 años de edad. Sus restos mortales se encuentran en el tanatorio Rodríguez Dorado de la localidad mariñana y serán trasladados a las seis y media de hoy, martes, al cementerio parroquial. Una horas más tarde comenzará su funeral en la iglesia del mismo lugar.

Kabuki -su nombre de guerra- no estuvo involucrado en la fundación del CB Celtas de Foz, pero fue reclutado poco después por sus prominentes condiciones físicas. Lo recuerdan como una enorme persona y jugador, en sentido estricto. «Medía dous metros e non era demasiado áxil no movemento de pés, pero aprendeu moi rápido, rodeado de xogadores moi técnicos como Ramón Eiras, Paco Maldonado e Carlos Fustes», recuerda quien fue su entrenador, Antón Niñe.

Apenas «catro ou cinco temporadas en activo» le bastaron para brillar en la tercera división nacional, ganarse el cariño del club y una prueba con el OAR Ferrol en la temporada 1985/86, aunque finalmente no fue admitido para competir en la máxima categoría.

José Luis Val también fue un gran aficionado a la caza y gestionó durante años la carnicería O Centiño, uno de los negocios con más solera y reconocimiento de Foz, que heredó de su padre y reformuló para convertir en una de las grandes industrias cárnicas de A Mariña.

Casado y con dos hermanos -uno de ellos jugó en los juveniles del Celtas y es profesor de Educación Física en Gran Canaria- deja un profundo vacío entre los muchos amigos y compañeros que disfrutaron con él una vida, quizá, demasiado corta.