Los mercenarios del «Draco» repelieron tres intentos de asalto

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

La armadora presentó denuncia en las Seychelles contra los 11 piratas

30 mar 2011 . Actualizado a las 13:09 h.

La tripulación del Draco faenaba ayer normalmente en aguas del océano Índico. Todo lo normalmente que se puede después de un sobresalto como el del pasado lunes, cuando a punto se vieron de seguir la suerte de sus compañeros del Playa de Bakio o del Alakrana y caer en manos de los piratas. Lo impidieron los cuatro mercenarios que el atunero lleva a bordo, cuatro ex militares israelíes que lograron abortar el ataque de los piratas después de cerca de dos horas de repeler tentativas de asalto. Porque insistentes fueron un rato. Lo intentaron hasta en tres ocasiones: «Primero por la proa, luego por popa y por popa otra vez», explicó un portavoz del grupo Petusa (Pesquerías de Túnidos) -de origen andaluz pero con capital gallego y oficinas en A Pobra-, la empresa armadora de la embarcación, que tiene bandera de las islas Seychelles.

Ni que decir tiene que en el Draco, como en el resto de los atuneros de capital español, hay tripulantes gallegos. Diez, según la empresa. «Capitán de Bueu, jefe de máquinas de cerca de A Pobra...» Todos «están bien». Ellos diez, los otros 19 marineros y los cuatro vigilantes de seguridad.

Con la red en el agua

El lunes por la tarde, alrededor de las cinco, el Draco estaba en plena faena pesquera, con la red largada en el agua. Ese momento es especialmente crítico para un atunero que opera en el Índico, en el que es más vulnerable, dado que el trabajo de recoger el aparejo requiere casi dos horas. En esas estaban los tripulantes del Draco cuando vieron aparecer a escasas millas un buque nodriza -una ballenera, como se conoce a estas naves que sirven de apoyo- y observaron que de este salía un esquife con ocho supuestos piratas somalíes.

Si el barco hubiera estado en otra situación menos vulnerable, los ex militares habrían aplicado el protocolo habitual: ordenado a la tripulación entrar en el buque y reunirse en una zona poco accesible, como la cámara de máquinas o el túnel. Pero estaban en plena maniobra, con lo que a los marineros no les quedó más remedio que seguir trabajando lo más apresuradamente posible para retirar las redes mientras los mercenarios repelían el ataque.

Auxilio de Atalanta

Los israelíes abrieron fuego hasta en tres ocasiones, al tiempo que desde el barco se daba aviso al Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima de la Armada (Covam), de que estaban siendo atacados por un grupo de piratas somalíes.

No muy lejos del lugar, a unas ochenta millas de distancia, se encontraba la fragata Canarias, con la que España participa en la operación Atalanta, que envió de avanzadilla al helicóptero de la embarcación para localizar a los atacantes.

Los avistó y la Canarias consiguió finalmente capturar el esquife, en el había ocho supuestos piratas, y alcanzó después la ballenera, en la que había otros tres sospechosos.

La empresa atunera decidió presentar denuncia contra los once asaltantes.