Bloomberg se «compra» la alcaldía de Nueva York

Victoria Toro

INTERNACIONAL

05 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Michael Bloomberg será alcalde de Nueva York durante otro mandato, y ya van tres. Solo que, en contra de lo esperado, su victoria no ha sido aplastante sino muy ajustada, un 51% de los votos contra el 46% de su rival, el demócrata William Thompson. Muy lejos de los dieciocho puntos de ventaja que le daban algunas encuestas hace unos días.

La explicación a este aparente castigo por parte de los neoyorquinos es la decisión de Michael Bloomberg de cambiar la ley para beneficio propio. Los mandatos en la política local de la Gran Manzana estaban limitados a dos, como en la mayoría de los cargos públicos en Estados Unidos, pero el ex financiero parece que se ha «enganchado» a la alcaldía y no tuvo suficiente con los dos primeros. Así que como hombre acostumbrado a conseguir lo que se propone, decidió que quería uno más. Tuvo que cambiar la ley, pero lo logró.

Y ese ha sido uno de los factores que le han restado apoyo. Algunos votantes recalcaban que se habían decidido por el otro candidato precisamente porque estaban en contra de aquella maniobra de Bloomberg.

Una vez que Mike, como es conocido popularmente, tuvo la ley de su parte para presentarse, se centró en decidir qué tipo de campaña hacía. Se inclinó por la más cara. Aunque eso para él no es ningún problema. Según la revista Forbes , es el neoyorquino más rico, con una fortuna personal de más de 17.000 millones de dólares.

Cinco puntos a 84 millones

Como no dependía de los donantes y sus preferencias, Bloomberg empezó a gastar dinero en promocionarse. Y gastó tanto que la suya se ha convertido en la campaña a una alcaldía más cara de la historia. Se calcula que se ha dejado en la reelección unos 90 millones de dólares. Catorce veces más que su rival. Lo que quiere decir que los cinco puntos de ventaja le han costado 84 millones de dólares. Claro que también le han comprado el sillón de alcalde.

Esos enormes gastos de campaña también han sido un factor decisivo a la hora de quitarle votos. Algunos neoyorquinos afirmaban ayer que el derroche de Bloomberg los había llevado a cambiar su voto.

Durante las semanas de campaña, el millonario ha estado hasta en la sopa: anuncios en la televisión y en la radio, carteles en las calles y en el metro. Textos en inglés y también en español para atraer a los hispanos. Y en medio de todo esto casi se han olvidado sus logros en educación, infraestructura, seguridad y salud y con los que los neoyorquinos están, en general, muy contentos.

O quizá no se han olvidado y por eso va a ser alcalde por tercera vez.