Clinton advierte a Micheletti que las relaciones con EE.UU. se verán dañadas si no accede a negociar
21 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dio ayer por agotado el diálogo para resolver la crisis en su país, anunció el inicio de una insurrección y solicitó a la comunidad internacional «endurecer las medidas» contra el Gobierno de Roberto Micheletti.
Desde la Embajada de Honduras en Managua, Zelaya anunció la organización de un frente interno en su país para derrocar a los golpistas. Sostuvo que el artículo 3 de la Constitución hondureña establece el derecho a la insurrección.
«Voy a estar en Honduras y voy a seguir haciendo todo lo que tenga que hacer [...] hasta que este grupo usurpador del poder tenga que someterse a las órdenes que ha dado la comunidad internacional que es vinculante para Honduras», enfatizó.
Zelaya dio por agotado el diálogo ante lo que consideró la «soberbia» e «irrespeto» de la delegación de Micheletti, que no aceptó la propuesta del presidente costarricense, Óscar Arias, mediador del conflicto.
«Hoy se han burlado una vez más los golpistas de la comunidad internacional, de Óscar Arias y de la misma secretaria de Estados Unidos, Hillary Clinton, promotora y patrocinadora» del diálogo, puntualizó. Por eso, Zelaya pide a la comunidad internacional que «endurezca las medidas» contra el Gobierno de Micheletti.
Exigió particularmente a Estados Unidos aplicar un «torniquete» a la Fuerzas Armadas hondureñas, las que, según dijo, están sosteniendo a los golpistas.
El derrocado gobernante aseguró que las Fuerzas Armadas de su país tienen una «gran relación» con el Comando Sur de EE.?UU. y con el Pentágono.
«Ellos son los que los han entrenado [a los militares hondureños] en las Escuelas de las Américas. Tienen un contacto muy directo y creo que aplicar un torniquete frente a esa situación podría resolver lo que es el eslabón más fuerte del golpe, porque están manteniendo ese golpe con represión, con las armas, no con la voluntad popular», dijo Zelaya, quien reafirmó que no renunciará a su cargo.
Una primera reacción contra el Gobierno de Micheletti la adoptó ayer la Unión Europea al congelar 65,5 millones de euros de ayuda a Honduras.
El depuesto mandatario reveló que ya está preparando su regreso al país para el vienes. Entretanto, insistió: «La desobediencia civil hoy es un mandato, desobediencia es no pagar impuestos, no pagar los servicios básicos, no atender órdenes que vengan de un Gobierno ilegítimo».
Organizaciones sociales y miembros del Partido Liberal llamaron ayer a los hondureños a organizarse para darle «un apoteósico recibimiento».
Otras 72 horas
Zelaya aceptó el plazo de 72 horas establecido por el presidente Arias, después de que concluyera sin éxito la segunda ronda de diálogo el domingo, para buscar soluciones a la crisis que comenzó el pasado 28 de junio con el derrocamiento de Zelaya. En ese tiempo, Arias espera poder convencer a Micheletti para que acepte su propuesta, pues teme que estalle una guerra civil en Honduras.
La propuesta de Arias contemplaba la restitución del presidente Zelaya en el poder para restablecer el orden constitucional, la formación de un gobierno de reconciliación nacional, la aprobación de una ley de amnistía para los delitos políticos, y la renuncia de Zelaya a la «cuarta urna», entre otros puntos.
El Gobierno de facto en Honduras no acepta el retorno de Manuel Zelaya.
Desde la India, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, telefoneó a Micheletti para advertirle que las relaciones con Washington se verán dañadas si no accede a negociar para poner fin a la crisis y buscó «ayudarle a entender las consecuencias potenciales de no aprovechar esta mediación».