La violencia xenófoba se cobra la vida de 25 inmigrantes en Sudáfrica

Helen Cook / Frank Blandy

INTERNACIONAL

20 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La policía sudafricana reforzó ayer su presencia en las barriadas pobres de Johannesburgo después de que cerca de 25 inmigrantes, entre ellos dos niños, hayan sido asesinados y miles de personas se vieran obligadas a huir de sus casas en los últimos días a causa de un brote de violencia xenófoba. La oposición reclama el envío de militares, dado que considera que la policía ya no controla la situación.

La agitación comenzó el fin de semana en el barrio de Alexandra, cuando algunos sudafricanos atacaron a varios extranjeros, la mayoría mozambiqueños y zimbabuenses. El domingo se registraron once muertes solo en la zona de East Rand.

Las revueltas se extendieron desde Alexandra hasta los suburbios de Diepsloot, Jeppe, Cleveland, Tembisa, Primrose, Reija Park, el céntrico barrio de Hillbrow y en el norte de Pretoria. Ayer, en Primrose, perecieron dos adultos y dos escolares.

Una iglesia metodista, en la que unos mil extranjeros asustados buscaron refugio, fue atacada por hombres armados, según el obispo Paul Verryn. Sin embargo, el ataque se frustró.

Los disturbios han dejado un saldo de más de cien viviendas incendiadas, cientos de heridos y miles de personas expulsadas de sus pobres hogares.

Los agresores acusan a los inmigrantes de ser los causantes del alto índice de criminalidad que se registra en Johannesburgo, centro económico de Sudáfrica, y de acaparar los pocos puestos de trabajo disponibles.

Las «llamas del odio»

Borrachos llenos de odio y dispuestos a todo tipo de violencia recorren barrios en busca de extranjeros, armados con machetes, palos, cuchillos, pistolas e incluso fusiles de asalto Kalashnikov. Las llamas del odio» arden en Johannesburgo, tituló el diario The Star . «Como guerrilleros, la turba atacó a extranjeros, desapareció, se reagrupó y volvió a atacar», describe bajo su foto de portada: un hombre quemado hasta la muerte en Reiger Park. Junto al cadáver, las manchas de sangre en los palos con los que la víctima había sido golpeada previamente. Los medios sudafricanos ya hablan de «anarquía total» y de verdaderas «zonas de guerra».

Eric, un joven de Zimbabue que como la mayoría ha llegado a Sudáfrica huyendo del régimen de Robert Mugabe, habla de «hordas de zulúes», que están detrás de los ataques. El Gobierno, en cambio, insiste en que se trata de «elementos criminales», que aprovechan la xenofobia para llevar a cabo saqueos y violaciones.

Los medios sudafricanos se preguntan si el país, respetado en todo el mundo por la política de reconciliación de Nelson Mandela, se dirige ahora hacia su autodestrucción.