Con sólo 23 diputados en el hemiciclo, la Asamblea Nacional francesa aprobó a las cuatro de la madrugada de ayer el proyecto de ley sobre Inmigración. Cuando el Senado le dé luz verde en octubre será mucho más difícil que los residentes legales puedan traerse a la familia sin una prueba de ADN que demuestre que no hay fraude.
El ministro de la Inmigración y la Identidad Nacional, Brice Hortefeux, se encargó personalmente de suavizar la enmienda que introduce en la ley el test genético y que ha provocado las primeras fisuras en la unidad del Gobierno de apertura nombrado por el presidente Nicolas Sarkozy.
Tendrá carácter voluntario, se aplicará de forma experimental hasta el 31 de diciembre del 2010 y una comisión se encargará de evaluar anualmente «las condiciones de la puesta en marcha del dispositivo». Si se concede la visa, el coste de la prueba (unos 300 euros) será reembolsado al inmigrante, que deberá acreditar un salario superior al mínimo y una vivienda digna para acoger a su familia. Todos los menores de 65 años deberán pasar en sus países de origen un examen de francés y de «principios de la República».
El ministro de Exteriores, el ex socialista Bernard Kouchner; la secretaria de Estado de Urbanismo e hija de inmigrantes, Fadela Amara, y el alto comisario para la Solidaridad y ex activista de izquierdas, Martin Hirsch, se han opuesto abiertamente a la prueba del ADN. Hirsch dijo ayer contar «con el Senado para que no sigamos por esta vía».
El Partido Socialista ha anunciado ya que recurrirá la ley ante el Consejo Constitucional con otro argumento añadido: levanta la prohibición hasta ahora vigente de censar los orígenes raciales de la población. El ministerio de Inmigración afirma que este censo étnico servirá para la elaboración de estudios «sobre la diversidad, la discriminación y la integración».
Se complican mucho más los trámites para los matrimonios mixtos. Separa la Oficina de Refugiados de la tutela del Ministerio de Asuntos Exteriores para hacerla depender de Inmigración y reduce a 15 días la posibilidad del demandante para presentar recurso.
Pilar electoral de Sarkozy
La «inmigración elegida» fue uno de los pilares electorales del presidente Nicolas Sarkozy. La semana pasada, el ministro Hortefeux le leyó la cartilla a los 19 prefectos que aplican la política de París en el territorio nacional, porque sólo habían conseguido en este año 11.000 expulsiones de indocumentados, muy lejos del objetivo de 25.000 fijado por su predecesor.
Mientras tanto, el temor y la desesperación de los inmigrantes irregulares que viven en Francia aumenta cada día. Una joven china sin papeles resultó gravemente herida al tirarse por la ventana del apartamento de un compatriota tan solo doce horas después de la aprobación de la ley. Pensó que la buscaban a ella cuando vio que la policía entraba en el edificio para entregarle a su amigo una citación. Se encuentra en estado de coma.